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viernes, 15 de diciembre de 2017

Con el corazoncito fuera

Por Matraquito91

Generalmente las personas nacen con el corazón dentro, pero una bebé británica nació con este órgano fuera de su cuerpecito y, como si no bastara, sobrevivió a tres cirugías consecutivas. La heroína lleva el nombre de Vanellope Hope Wilkins y vino al mundo el 22 de noviembre pasado mediante una cesárea programada en instalación hospitalaria del Reino Unido, tras haberle sido detectada en las ecografías una rara condición que se conoce como ectopia cordis. La misma se trata de una malformación congénita muy poco habitual asociada a una ubicación anormal del corazón, situado fuera de la caja torácica, que se deriva de una alteración del desarrollo embriológico del esternón.

Según fuentes del hospital, en el Reino Unido, no se conoce ningún otro caso como este, ya que apenas se registran en el mundo uno entre millones y en la mayoría, los bebés afectados nacen sin vida. Además, según estadísticas comprobadas, los bebés nacidos con esa extraña condición cuentan con menos del 10 % de probabilidades de supervivencia. De hecho, es tan complejo el tratamiento que para atender a Vanellope hizo falta medio centenar de médicos, divididos en cuatro equipos de especialistas, formados por doctores, matronas, enfermeras y sanitarios, así como equipamiento especializado.

Estos cuentan que a los 50 minutos de haber nacido se vio que la pequeña estaba suficientemente estable para ser transferida al quirófano, donde la esperaban los anestesistas y los equipos quirúrgicos pediátricos en enfermedades coronarias congénitas, que comenzaron a colocarle el corazón dentro del pecho, narra el especialista Jonathan Cusack. Para luego, a los siete días, someter a la bebe a una segunda operación, en la que se le abrió aún más el pecho a fin de crear más espacio para encajar bien el corazón y, durante unas dos semanas, ese órgano se fue ajustando de manera natural.

Pero también hubo una tercera intervención que consistió en extraerle piel de la zona de debajo de los brazos para insertarla en el medio del cuerpo a la vez que los médicos generaban una especie de malla para proteger el corazón, pues la niña nació sin esternón, ni costillas. Ante todas estas complicaciones, los especialistas médicos admitieron que antes de nacer, a la vista de las ecografías, la situación se percibía como muy delicada y casi insalvable. No obstante, Vanellope afronta todavía un largo camino por delante, con notable riesgo de posibles infecciones y donde ella tendrá que aprender a respirar por si sola, una tarea que seguro cumplirá porque lo peor ya pasó.