Donald Trump, "conmigo o contra mí"
En una acto de arrogancia imperial, que recordó aquella idea de George W. Bush de que “o están conmigo o están contra mí”, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó con suspender la ayuda financiera a los países que voten a favor de un proyecto de resolución de las Naciones Unidas que pide a Estados Unidos que retire su decisión de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel. "Toman cientos de millones de dólares e incluso miles de millones de dólares, y luego votan en contra de nosotros. Bueno, estamos viendo esos votos. Dejen que voten contra nosotros. Ahorraremos mucho No nos importa", dijo Trump a los periodistas en la Casa Blanca.
La Asamblea General de 193 miembros de la ONU realizará una sesión especial de emergencia el jueves, a petición de los países árabes y musulmanes, para votar un proyecto de resolución, que Estados Unidos vetó el lunes en el Consejo de Seguridad. Los otros 14 miembros del Consejo de Seguridad votaron a favor de la resolución redactada por Egipto, que no menciona específicamente a Estados Unidos o Trump, pero sí expresa "profundo pesar por las decisiones recientes sobre el estado de Jerusalén". La embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Nikki Haley, en una carta a docenas de estados a la cual Reuters tuvo acceso, advirtió que Trump le había pedido que "le informe de los países que votaron en contra de nosotros". Ella sin rodeos se hizo eco de esa llamada en una publicación de Twitter: " Estados Unidos tomará nombres". Varios diplomáticos de alto rango dijeron que era improbable que la advertencia de Haley cambiara muchos votos en la Asamblea General, donde tales amenazas directas y públicas son raras.
Según cifras de la agencia de ayuda del gobierno de Estados Unidos, USAID, en 2016 Estados Unidos proporcionó alrededor de 13 mil millones de dólares en asistencia económica y militar a países del África subsahariana y 1,6 mil millones de dólares a estados del este de Asia y Oceanía. Asimismo, brindó unos 13 mil millones a países de Medio Oriente y África del Norte, 6,7 mil millones a países del sur y Asia central, 1,5 mil millones a estados en Europa y Eurasia y 2,2 mil millones a países del hemisferio occidental, según USAID.
Miroslav Lajcak, presidente de la Asamblea General, se negó a comentar sobre los comentarios de Trump, pero agregó: "Es el derecho y la responsabilidad de los Estados miembros expresar sus puntos de vista". El portavoz del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, también se negó a comentar. "Me gusta el mensaje que Nikki envió ayer a las Naciones Unidas, para todas las naciones que toman nuestro dinero y luego votan en contra de nosotros en el Consejo de Seguridad, o votan en contra de nosotros potencialmente en la Asamblea", dijo Trump.
Recordemos que Trump revirtió abruptamente décadas de política estadounidense este mes cuando reconoció a Jerusalén como la capital de Israel, lo que generó indignación por parte de los palestinos y el mundo árabe y preocupación entre los aliados occidentales de Washington. También planea trasladar la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén. El proyecto de resolución de la ONU pide a todos los países que se abstengan de establecer misiones diplomáticas en Jerusalén. Un diplomático de alto rango de un país musulmán, que habló bajo condición de anonimato, dijo sobre la carta de Haley: "Los estados recurren a ese acoso flagrante solo cuando saben que no tienen un argumento moral o legal para convencer a otros".
Respondiendo directamente a ese comentario en Twitter, Haley dijo: "En realidad, es cuando un país está cansado de que se lo tome por sentado". Israel considera a Jerusalén su capital eterna e indivisible y quiere que todas las embajadas se establezcan allí. Los palestinos quieren que la capital de un estado palestino independiente esté en el sector oriental de la ciudad, que Israel capturó en una guerra de 1967 y se anexó en una medida nunca reconocida internacionalmente.
