El Petro: el Bitcoin que salvará a Venezuela
Una nueva moneda se pondrá en circulación en Venezuela. Según ha anunciado su presidente Nicolás Maduro, el Petro será la criptomoneda nacional que permitirá “avanzar en materia de soberanía monetaria, para hacer transacciones financieras y para vencer el bloqueo financiero”. A su vez, el mandatario anunció la creación del Observatorio Blockchain, como base institucional, jurídica y política para la nueva moneda.
Según amplió el Presidente, en medio de la crisis económica que atraviesa el país latinoamericano, se podrán alcanzar nuevos modos de financiamiento internacional para el desarrollo económico y social del país. La criptomoneda, a decir del mandatario, estará respaldada en las reservas de oro, petróleo, gas y diamante.
El Petro no es más que una sucesora de otras como el Bitcoin. Sucede al Bitcoin, primera forma de pago digital de intercambio que surge en el año 2009, abriéndole luego las puertas al mundo digital a las más de 300 criptodivisas que circulan hoy en el mundo. En el caso específico del Bitcoin, esta posee un valor global superior al de otras divisas virtuales, lo que la hace la principal criptomoneda usada a nivel mundial, incluso para realizar transacciones o ser cambiadas por dinero “real”.
Entre las ventajas que le augura el gobierno de Maduro está el hecho de que Venezuela se una a la nueva forma de mercado mundial, libre de la acción especulativa de bancos internacionales y calificadoras de riesgo. Además, con ella, los servicios públicos podrán ser cancelados por Internet. El bloqueo financiero contra Venezuela se verá limitado, al permitir realizar intercambios con otras naciones que manipulen las criptomonedas o sistema Bitcoin en el mercado digital.
Estas medidas dificultan el acceso del país a los mercados financieros para paliar su déficit fiscal, que consultoras privadas estiman en unos 12 mil millones de dólares para 2018.
El anuncio presidencial tiene lugar cuando Venezuela afronta graves problemas económicos, luego de que un grupo de acreedores y calificadoras de riesgo declararan al país en default parcial, junto con su petrolera PDVSA, por pagos atrasados de capital e intereses de bonos de deuda. Maduro por su parte, atribuye las dificultades a las sanciones del gobierno norteamericano en agosto pasado, prohibiendo a los ciudadanos y entidades de ese país acordar nueva deuda de Venezuela y PDVSA.
