El que encontró el Titanic quiere buscar al ARA San Juan
La desaparición del submarino argentino ARA San Juan conmocionó al mundo, no solo a la sociedad de ese país sudamericano. No pocos países ofrecieron sus recursos para que participaran en el proceso de búsqueda del navío, que jamás apareció, y de sus 44 tripulantes, quienes perdieron la vida en este terrible accidente, que pocas veces se ha dado en el mundo.
Ahora la propuesta para hallar los restos del submarino llega de manos del estadounidense Tom Dettweiler, uno de los expertos de mayor prestigio en el mundo en la búsqueda y rescate de naves hundidas. Dettweiler alcanzó el reconocimiento mundial cuando a su carrera profesional le sumó el gran logro que representó hallar el famoso trasatlántico Titanic. Sin embargo, su descubrimiento más significativo fue el submarino israelí INS Dakar, desaparecido en 1968. El especialista norteamericano quiere seguir probando su valía en la búsqueda del navío argentino, del que no se ha tenido ninguna noticia desde su desaparición.
Dettweiler expresó a la prensa su deseo de tomar un vuelo hacia la Argentina para colaborar con las investigaciones sobre la desaparición del ARA San Juan. En declaraciones exclusivas al diario argentino Clarín, y haciendo referencia a este caso, el experto señaló que gran parte de las tragedias no son consecuencia de un sola causa, “son una serie de eventos los que conducen a un desastre”. Además, consideró muy válida la hipótesis sobre la penetración de agua en el submarino a través del esnórquel y su llegada hasta las baterías; e indicó que resultaba necesario, para disminuir el área de búsqueda, emplear todos los datos acústicos de otras estaciones de escucha que quizás pudieran haber registrado la implosión sufrida por el navío en las profundidades de los mares cercanos a la Patagonia argentina.
Asimismo, otra de las cuestiones que descartó Tom Dettweiler en la entrevista que le realizó el diario Clarín tiene que ver con la posibilidad de encontrar tripulantes con vidas, pues a su juicio el cuerpo humano no sobrevive a este tipo de eventos porque son más poderosos de lo que se puede uno imaginar. El rescatista oceánico añadió además que es muy posible que no quede nada del ARA San Juan, debido a que el intercambio de agua y fauna marina aceleran la descomposición y de esta forma no quedan rastros. Según explicó el experto, aunque es posible crear un microambiente que disminuya la velocidad de este proceso, si el navío implosionó, que es la hipótesis que con mayor certeza se maneja, “no quedan cámaras de aire para que esto suceda”.
No obstante, seguramente será bien recibida en la Argentina, especialmente por los familiares de los tripulantes que perdieron la vida en este lamentable hecho y aún buscan respuestas, la ayuda que pueda prestar este rescatista para quien tal parece no le resulta imposible hallar lo que busca en las profundidades oceánicas. Ya lo ha demostrado anteriormente.
