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lunes, 11 de diciembre de 2017

Jan Ingenhusz, el descubridor de la fotosíntesis

Por Julio Zambra

Este 8 de diciembre, los usuarios que accedían al famoso motor de búsqueda Google fueron partícipes del homenaje a un gran médico que a la vez fue fisiólogo, químico y botánico británico de origen holandés. Su nombre es Jan Ingenhusz, y quizás muchos no conozcan de su obra porque se desarrolló en el Siglo XVIII. Sin embargo, este hombre tiene el mérito de ser el descubridor del proceso de la fotosíntesis en vegetales, por el cual las plantas, en presencia de la luz, elaboran sustancias orgánicas a partir de otras sustancias inorgánicas y liberan oxígeno a la atmósfera durante el proceso.

Jan Ingenhusz nació en Breda, Países Bajos, el 8 de diciembre de 1730. Era el hijo de un comerciante de cuero, pero en lugar de seguir la tradición mercantil de la familia se animó a estudiar medicina estimulado por un prestigioso galeno británico de la realeza, John Pringle. Ingenhusz acudió a clases de medicina primero en su ciudad natal, pero después lo hizo en Leiden y, a la postre, completó su formación en París y Edimburgo para regresar a Breda, donde ejerció la profesión como doctor en una consulta privada. Con posterioridad se asentó en Reino Unido y trabajó en un hospital, en el cual puso en práctica unas medidas para evitar epidemias de viruela. Las mismas consistían en inocular a los pacientes con pequeñas cantidades del virus vivo y sin modificar. En 1768 se trasladó a Viena para practicar dicha inoculación a la familia real austríaca, y poco después ejerció como médico de la corte, puesto que ocupó durante más de diez años.

Tras su periplo por Austria retornó a Londres. Fue en ese momento que la faceta de investigador de Jan Ingenhousz se sintió atraído por la electricidad, la conducción del calor y la química, pero de forma especial por un elemento en concreto: el oxígeno. Éste había sido descubierto entre 1771 y 1772 por el químico sueco Carl Wilhelm Scheele, aunque también se le atribuye al químico británico Joseph Priestley. Este error se explica porque, en realidad, Sceele lo aisló en 1771 y 1772 calentando distintas sustancias que lo liberaban con facilidad, como el óxido de mercurio. Scheele llamó al gas “aire del fuego” porque era la definición conocida para la combustión. Sin embargo, la publicación de su único libro, “Chemische Abhandlung von der Luft und der Feuer” (“Tratado químico del aire y del fuego”), en el que describía el nuevo elemento, no fue publicado hasta 1777 pese a haber sido enviado detalladamente a su editor en 1775. En cambio, el 1 de agosto de 1774 el clérigo británico Joseph Priestley realizó un experimento en el que enfocó la luz solar sobre óxido de mercurio en el interior de un tubo de cristal que liberó un gas que él llamó “aire desflogisticado”. Con sus novedosos experimentos, Priestley daba por descontado que el aire que había descubierto se trataba del responsable de la respiración de los humanos y de los animales, así como de la combustión.

Apoyado en varios de los descubrimientos de los ilustres científicos pero con sus propias teorías, Jan Ingenhousz ideó una serie de múltiples procedimientos y realizó cientos de experimentos en aras de medir la cantidad de oxígeno consumida y desprendida por las plantas en el proceso de respiración. Así fue como en 1779 demostró que las plantas eliminan dióxido de carbono (CO2) en la oscuridad. Además, comprobó que la cantidad de oxígeno desprendida durante el día era menor que la cantidad de CO2 desprendida durante la noche, debido a que la fotosíntesis permite a la planta utilizar el CO2 para crecer. Uno de sus experimentos radicó en demostrar que cuando las plantas se sumergen en agua emiten pequeñas burbujas. A partir de esto pudo deducir que la causa principal de este fenómeno era indirectamente la luz solar. Sus trabajos constituyeron los fundamentos básicos para que posteriormente se determinaran con precisión todos los pasos de la fotosíntesis.

Por otra parte, no se limitó solamente a sus experimentos vegetales. En 1766 perfeccionó un aparato para generar grandes cantidades de electricidad estática. Además, en 1789, realizó las primeras mediciones cuantitativas sobre la conducción o propagación del calor en los cuerpos metálicos. Jan Ingenhousz falleció a los 68 años en Calne, Inglaterra, donde reposan los restos del considerado padre de la fotosíntesis.