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martes, 12 de diciembre de 2017

Jerusalén, ¿tuya, mía o de quién?

Por Marina B.

En el mundo árabe no se puede dormir en paz. Los conflictos milenarios en la región “santa” cobran aún más tensión luego que el presidente Donald Trump declarara a Jerusalén como capital del estado judío e hiciera a la comunidad internacional voltear miras preocupada. La declaración pone más sal a la herida de los árabes quienes por razones religiosas e históricas le guardan a Israel las castañas, que ahora se han echado al fuego. Turquía ha acusado a Israel como “estado terrorista” término que al parecer solo podían usar para apuntar con el dedo los socios de Netanyahu, los estadounidense.

"Israel es un estado terrorista. No dejaremos Jerusalén a la merced de un Estado que mata a niños. No dejaremos a Jerusalén a la conciencia de un estado que no tiene otro valor que la ocupación y el saqueo. Continuaremos nuestra lucha dentro de la ley y la democracia con determinación", aseveró recientemente Recep Tayip Erdogan, presidente turco. Por su parte, Benjamín Netanyahu expresó desde Paris: "No estoy acostumbrado a recibir lecturas de moralidad de un líder que bombardea a ciudadanos kurdos en su Turquía natal, que encarcela a periodistas, que ayuda a Irán a evitar las sanciones internacionales y que ayuda a los terroristas que están en Gaza a matar gente inocente. No es el hombre que nos va a enseñar”.

Los turcos desde hace años han tenido la daga clavada en el pecho por los sucesos ocurridos con la “Flotilla de la Libertad” para Gaza en la cual murieron diez activistas turcos. La nación euroasiática considera que esta vez Tel Aviv ha cruzado la línea roja de los musulmanes. Pese a que ambos países tienen estrechos lazos en materia energética, las palabras duras tanto de un lado como de otro encienden las tensiones, dignas de cualquier thriller de acción norteamericano.

Todo esto irá a parar a algún lugar o no dejará algún lugar a dónde parar. Depende de la solución por vía de las armas o la pacífica de dicho conflicto. Y aunque el inquilino de la Casa Blanca es para la opinión pública un desastre diplomático, habría que ver qué piensan sus “amigos” de los consorcios armamentistas, quienes de seguro tendrán buen aguinaldo con este nuevo pellizco al Medio Oriente. Mientras, las calles de la capital turca son un hervidero debido a la tensión diplomática. En Ankara unas diez mil personas han expresado su repudio hacia Israel y Estados Unidos en una jornada de manifestaciones que no han cesado desde el anuncio de Trump.

Jerusalén ha sido la disputa entre el mundo árabe y el israelí. Pese a que los árabes la controlaron por más de 700 años e incluso fue gobernada por los turcos-musulmanes durante 4 siglos, los israelís se han obcecado en demostrar que es la capital religiosa y civil del pueblo judío. Hasta este momento, en que la Intifada y las tropas israelís echan su sangre al ruedo, las principales cuestiones son la soberanía de la Franja de Gaza y Cisjordania, el estatus de la parte oriental de Jerusalén, de los Altos del Golán y de las Granjas de Shebaa, el destino de los asentamientos israelíes y de los refugiados palestinos.