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sábado, 2 de diciembre de 2017

La evolución de las bacterias

Por Elizabeth Almeida

El equipo de expertos que llevó a a cabo el estudio, indica que hasta ahora tenían poco conocimiento de cómo las bacterias son capaces de leer estímulos mecánicos y asimismo, cambiar su comportamiento en respuesta a estas señales, lo que las hace más invasivas y tolerantes a los antibióticos, explico Urs Jenal, investigador principal del estudio. Utilizando un modelo Caulobacter no patógeno como ejemplo, el grupo pudo demostrar, por primera vez, que las bacterias tienen algo parecido a un sentido del tacto, como los animales. Este mecanismo es el que les permite reconocer superficies e inducir la producción de nuevas células.

Hace poco hablábamos acerca de la prevención de las enfermedades, algo que representa un caso de extrema importancia para la medicina y la ciencia en general y es una de las primeras necesidades en una sociedad en la que se descuida muchas veces la salud y proliferan todo tipo de padecimientos, por ello se hace necesario un arduo estudio de las infecciones para combatirlas cada vez con mayor precisión.

También por el hecho de que hoy sucede algo muy conocido por todos, y es que las bacterias se vuelven cada vez más resistentes a la mayoría de antibióticos ya conocidos y sobre todo, a los que se suelen recetar se clasifican en categorías como penicilina, cefalosporinas y carbapenémicos, que también se conocen como β-lactamas, por eso se hace necesario día a día buscar nuevos métodos de curación cada vez más fuertes.

Hay una explicación para esta fortaleza y desarrollo ante del medicamentos e incluye el hecho de que las bacterias pueden no tener un sistema nervioso central como lo conocemos hasta ahora, pero sí que pueden ser conscientes, físicamente, del mundo que les rodea, según datos que ha publicado un nuevo estudio de la revista Science.

Estos pequeños microorganismos no solamente responden a las señales químicas, sino también al sentido del tacto, y pueden reconocer superficies y responder a ellas. Por ello como mismo nuestro sentido del tacto es una herramienta clave para mantenernos unidos al mundo exterior y nos protege ante riesgos y superficies peligrosas; para las bacterias, es determinante a la hora de saber con qué tipo de superficie están en contacto, y por lo tanto poder colonizar y atacar las células del huésped.

El equipo de expertos que llevó a a cabo el estudio, indica que hasta ahora tenían poco conocimiento de cómo las bacterias son capaces de leer estímulos mecánicos y asimismo, cambiar su comportamiento en respuesta a estas señales, lo que las hace más invasivas y tolerantes a los antibióticos, explico Urs Jenal, investigador principal del estudio. Utilizando un modelo Caulobacter no patógeno como ejemplo, el grupo pudo demostrar, por primera vez, que las bacterias tienen algo parecido a un sentido del tacto, como los animales. Este mecanismo es el que les permite reconocer superficies e inducir la producción de nuevas células.

Queda explicado también cómo estos microorganismos llevan a cabo su invasión, pues algunas bacterias tienen un apéndice llamado flagelo, que es una estructura con forma similar a la de un látigo que les ayuda a impulsarse cando entran al organismo. Algunas tienen solo una estructura como esta, mientras que otras especies tienen varias. Por ejemplo, un tipo de Caulobacter crescentus tiene un único flagelo, que se desprende después de un período determinado, o con su sentido del tacto, después de que encuentre una superficie adecuada para adherirse.

Al rotar este llamado flagelo, las bacterias pueden moverse a través de líquidos, y por ello estos microorganismos no tienen músculos, sino que se mueven con la energía generada por la transferencia de protones a la membrana celular. Es este mecanismo el que permite a las bacterias sentir, según los resultados del presente estudio. Cuando las células entran en contacto con las superficies, se interrumpe el impulso del flagelo y esto, a su vez, detiene el flujo de protones.

Según los resultados del estudio llevado a cabo por los expertos, este descubrimiento podrá ayudar a la ciencia a desarrollar nuevas técnicas médicas y, sobre todo, a entender las bacterias peligrosas para los humanos, ya que a pesar de que la Caulobacter es una bacteria inofensiva, estos hallazgos son muy relevantes para la comprensión de las enfermedades infecciosas y sus curas.