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martes, 12 de diciembre de 2017

La franquicia de los robots sexuales sube de nivel

Por cuchita

Un informe, que ha sido publicado recientemente en el Journal of Sexual and Relationship Therapy, ha advertido, principalmente a los psicólogos en el área de la salud, se preparen para el inicio de la era digisexual, que tiene mucho que ver de las relaciones entre los humanos y sus robots sexuales.

El profesor Neil McArthur, coautor de dicho estudio y director del C entro de ética profesional y aplicada de la Universidad de Manitoba, Canadá, asegura que ya ha comenzado la era del ‘’sexo virtual de la inmersión’’. No obstante del sexo virtual ya se habla desde hace algunos años con el acelerado desarrollo que tuvieron y que tienen las redes sociales, donde tanto parejas como desconocidos mantienen ‘’relaciones sexuales’’, a través de videollamadas e incluso mensajes (sexting). Sin embargo con la introducción al mundo de la sexualidad de estos robots sexuales se hace necesario la revisión de las relaciones, no solo sexuales, sino también las conexiones emocionales que establecerán los seres humanos con estos nuevo ‘’juguetes’’.

En este sentido el informe que publica la ya mencionada revista, señala la importancia de que los terapeutas sexuales y psicólogos se preparen para redefinir determinados conceptos, para alcanzar un análisis más integral de las relaciones los ‘’nuevos clientes de la digisexualidad’’ y además advierte que el número de usuarios aumentará significativamente con la venta de estos robots. Entre otras razones, porque estos se acercan mucho más lo que viene siendo el contacto físico con otro ser humano. Además estos robots estarán diseñados específicamente para satisfacer los deseos más ocultos de los usuarios y para hacer determinadas cosas que quizás las parejas sexuales humanas no harían, lo cual resulta un incentivo mayor para la compra de estos artefactos.

Por esta razón el profesor asegura que muchas personas utilizarán este robot como su principal modo de experiencia sexual. McArthur consideró que estos usuarios carecen del conocimiento necesario para explicar y darle significado a su relación sexual y emocional con los robots ya que son realmente escasas las pautas para orientar a los consumidores a tomar decisiones debidamente informadas con respecto a las actividades basadas en la tecnología de cualquier tipo, principalmente las de naturaleza sexual.