La mayor adicción de los menores
Hasta los años 2000, el mayor riesgo para los adolescentes eran los videojuegos. Jugar a la play era lo único que lograba que los menores de casa sufrieran de desatención y, en casos más extremos, sufrieran de algún trastorno psicológico.
Sin embargo, con la era de las nuevas tecnologías y las nuevas creaciones de dispositivos móviles, el desarrollo de la vida adolescente se ha visto afectada. Algunos estudios corroboran lo anterior como es el caso de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (Sepeap), la cual advierte de un aumento de casos de adicción a los dispositivos móviles y de una saturación de las urgencias por visitas innecesarias causa por trastornos de sueño en menores.
Además, la investigación destacó que en la península ibérica la falta de atención de los progenitores es tan elevada que se está considerando la posibilidad de prolongar la atención pediátrica hasta los 18 años de edad. El especialista Fernando García-Sala destacó esta semana a la prensa que la justificación hacia esta medida es muy evidente. Los adolescentes de 15 a 18 años están en tierra de nadie, porque comienzan las despreocupaciones y el estado de abandono por parte de los padres.
En el estudio se revela, además, el alarmante auge de enfermedades de transmisión sexual en edades adolescentes. De ahí el reclamo de la inclusión en el calendario español de vacunación de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) para niños. Según García-Salas, la pediatría debe convertirse en una práctica más integral y abarcadora, con el fin de que ese médico sea capaz de contestarle a su paciente y familia no solo cuestiones de enfermedades, sino también técnicas de prevención hacia enfermedades de transmisión sexual y de embarazo en la adolescencia.
Existen otros problemas pediátricos debido al “enganche” de los chicos a las nuevas tecnologías. Tal es el caso del sedentarismo y la falta de ejercicio, la obesidad, la diabetes, hipertensión y otros problemas cardiovasculares. Según las investigaciones en España, el fracaso escolar está en aumento gracias a la adicción a los móviles, las redes sociales y la poca interacción interpersonal de los jóvenes. En el peor de los casos, la hiperactividad provocada por el constante uso de las tecnologías hace que las fobias y los intentos de suicidio sean más elevados.
El especialista García-Sala comentó que la solución no sería quitar el móvil a la fuerza, sino usar una especie de inhibidor doméstico con el fin de que los padres puedan controlarlos. De lo contrario, el control estaría en manos de la tecnología que, además, es perjudicial para el sueño. La bibliografía médica alerta que produce una alteración importante del sistema nervioso. Antes de dormir es recomendable estar relajado para que el cuerpo no tenga una sobrecarga neuronal.
