La violencia de género toma las calles chilenas
Cerca del 90 por ciento de las mujeres en Chile son víctimas de acoso sexual por su condición de género. Tal idea ha sido confirmada en el estudio Percepciones de las mujeres sobre su situación y condiciones de vida en Chile 2017. El mismo reveló que nueve de cada diez mujeres en la nación sudamericana han sido víctimas de acoso de índole sexual. La encuesta se le hizo a unas mil mujeres de todo el país. El resultado de la investigación arrojó que la violencia de género o feminicidio cuando llega al homicidio, se ha convertido en un asunto que enciende las alarmas.
El aumento considerable de la violencia contra la mujer ha puesto a las principales autoridades a poner en marcha iniciativas que den al traste con el fenómeno. Parte de las autoridades encargadas de llevar adelante políticas públicas para concienciar sobre el tema han denunciado que muchas veces las sanciones contra los culpables son bajas. Asimismo, indican que la impunidad se hace presente muchas veces aun cuando han aumentado las denuncias.
La mayoría de las chilenas considera que su país es machista. Un 80 por ciento cree que son discriminadas en diversos ámbitos de la sociedad. Las féminas señalaron también que el gobierno de la socialista Michelle Bachelet debe tomar cartas en el asunto.
También han señalado que el feminicidio es solo la punta del iceberg dentro de la gran problemática de la violencia de género en los países latinoamericanos.
Por ejemplo, la Red Chilena Contra la Violencia Hacia las Mujeres estimó que en lo que va de este año 2017 han sido 61 las muertes por género.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), de 25 países que concentran las mayores cifras de homicidio contra las mujeres en el mundo, 14 son de Latinoamérica. Las agencias especializadas de las Naciones Unidas alertan también que uno de los problemas para solucionar el feminicidio es el silencio ante el miedo a la pareja, la sociedad o como vía para mantener al opresor calmado.
El aumento de las alarmantes cifras de feminicidio demuestra que el fenómeno está adquiriendo un carácter normal en las sociedades latinoamericanas. Asumir la subordinación de las mujeres en la sociedad como bien ayuda a reproducir patrones que promueven la dominación, desigualdad y discriminación contra las féminas.
Frenar la violencia de género contra las mujeres, elevada en el asesinato por el simple hecho de su género, es una tarea pendiente en muchos países del orbe.
