Máquinas para sustituir manos
Históricamente el hombre siempre ha temido que los robots, cada vez más avanzados y eficientes, terminen por dejarlos sin empleo. Y parece que dicho miedo se hará realidad porque, y según algunos estudios, para 2030 entre 400 y 800 millones de personas verán sus puestos de trabajo ocupados por estos ingenios.
Aunque no todas son malas noticias, puesto que también, y unido a esta posible realidad, se creen nuevos modalidades laborales derivadas de tecnologías que hoy no existen. Estaríamos hablando de que el 20 % de los sujetos serán desplazados por la automatización hacia el 2030 y, por supuesto, los países desarrollados serán los más afectados.
Esto fue revelado, recientemente, mediante el estudio de McKinsey & Company, según el cual en las economías más avanzadas, como Estados Unidos y Alemania, en poco más de una década, hasta un tercio de la fuerza de trabajo podría desaparecer o modificarse. Mientras, en China la cuestión involucraría al 12% de los trabajadores. Asimismo, en Estados Unidos, antes del 2030 podrían ser eliminados de 39 a 73 millones de puestos de trabajo, aunque de los estadounidenses involucrados, unos 20 millones podrían ser transferidos a otros sectores con facilidad.
No obstante, aunque el impacto de los robots y la automatización asuste a muchos, el fundador de Microsoft, Bill Gates, sostiene, por el contrario, que no existen motivos para preocuparse.
«Se trata de una cuestión acerca de la cual Elon Musk (inventor, inversor y empresario sudafricano) y yo no estamos de acuerdo», explicó al The Wall Street Journal, comentando la visión sombría y pesimista del fundador de Tesla. De acuerdo con Gates, los trabajadores con competencias en el campo de la ciencia, la ingeniería y la economía se necesitarán siempre en cualquier sociedad.
Y es que la mente humana constituye un prodigioso archivo donde se conservan los registros de hechos y experiencias que se conservan y pueden utilizarse en el futuro. Se trata de una central de energía que permite al individuo recuperar sus fuerzas, su valor y su fe en sí mismo para cumplir con todo, o casi todo, lo que se proponga.
Así que no se inquiete que las personas de carne y hueso trabajaran para rato. Eso sí, el mundo ha de transformarse, como lo hizo cuando, a comienzos del siglo XX, buena parte de la producción global se orientó hacia la agricultura y la industria. Con la ayuda de los robots seguiremos hacia adelante en la búsqueda de una sociedad más avanzada y mejor.
