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viernes, 1 de diciembre de 2017

Más leña para el fuego en la península coreana

Por LisyFa

La administración del presidente Donald Trump advirtió nuevamente a Corea del Norte que sería "completamente destruida" si la guerra se desatara, después de la reciente prueba de Pyongyang, en la cual disparó su misil balístico intercontinental más avanzado, que pondría al territorio continental de Estados Unidos dentro de su alcance.

Washington ha dicho en repetidas ocasiones que todas las opciones estaban sobre la mesa para tratar con el programa de armas nucleares y nucleares de Corea del Norte, incluidas las militares, pero que aún prefiere una opción diplomática.

Aun así, hablando en una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU, la embajadora Nikki Haley advirtió: "Nunca hemos buscado la guerra con Corea del Norte, y aún hoy no la buscamos. Si la guerra llega, será por los continuos actos de agresión como presenciamos ayer (…) Y si llega la guerra, no se equivoquen, el régimen de Corea del Norte será completamente destruido”.

Haley dijo también que Estados Unidos le pidió a China que suspenda el suministro de petróleo a Corea del Norte, un paso drástico que Beijing, vecino de los norcoreanos y su principal socio comercial, se ha abstenido de dar hasta el momento. Trump y el presidente chino, Xi Jinping, hablaron por teléfono el miércoles sobre el tema. Las administraciones estadounidenses anteriores no han podido evitar que Corea del Norte desarrolle armas nucleares y un sofisticado programa de misiles. Trump también ha tenido problemas para contener a Pyongyang desde que asumió el cargo en enero.

Instar a China a utilizar su poder sobre Pyongyang y prometer más sanciones contra Corea del Norte son dos estrategias que hasta ahora han dado pocos resultados. El último misil fue lanzado una semana después de que Trump regresara a Corea del Norte a una lista que elabora unilateralmente Estados Unidos sobre países que supuestamente financian al terrorismo, lo cual les permite imponer más sanciones.

Corea del Norte, que llevó a cabo su sexta y mayor prueba nuclear en septiembre, ha probado docenas de misiles balísticos bajo el liderazgo de Kim en desafío a las sanciones internacionales. Pyongyang ha dicho que sus programas de armas son una defensa necesaria contra los planes estadounidenses para invadirlos. Estados Unidos, que tiene 28 500 soldados en Corea del Sur como legado de la Guerra de Corea de 1950-53, niega tal intención.

El embajador ruso de Rusia, Vassily Nebenzia, pidió el miércoles a Corea del Norte que suspenda sus pruebas nucleares y de misiles, y que Estados Unidos y Corea del Sur no realicen simulacros militares en diciembre, ya que "inflamaría una situación ya explosiva". Corea del Norte dijo que el nuevo misil se elevó a una altitud de aproximadamente 4,475 km (2,780 millas) - más de 10 veces la altura de la Estación Espacial Internacional - y voló 950 km (590 millas) durante su vuelo de 53 minutos. Voló más alto y más largo que cualquier misil norcoreano antes, aterrizando en el mar cerca de Japón. Los expertos en misiles dijeron que el nuevo misil "Hwasong-15" teóricamente le dio a Corea del Norte la capacidad de atacar a los Estados Unidos, incluida la costa este, aunque no estaba claro si podría portar un arma nuclear.