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sábado, 30 de diciembre de 2017

Miami Marlins, en el ojo del huracán

Por Aliet Arzola

Miami, la Florida, vive en perenne alerta por las habituales tormentas que azotan cada año al Caribe. Pero en los tiempos más recientes, un poderoso huracán se ha estacionado sobre la ciudad del sur de Estados Unidos, donde en cuestión de un par de meses la franquicia de los Marlins se ha desarticulado tras el cambio de propietarios que condujo al puente de mando de la organización a Derek Jeter y Bruce Sherman, en lugar del muy criticado Jeffrey Loria, anterior dueño del equipo de MLB.

Jeter y Sherman no deben ser vistos como el huracán en sí, pero los movimientos que ellos han determinado para sanear el conjunto luego de años de pésima gestión, han provocado tempestades en Miami. Las últimas semanas allí han sido turbias, con los cambios de Giancarlo Stanton, Dee Gordon y Marcell Ozuna, tres de los principales jugadores del plantel la pasada campaña, y hombres proyectados a mantener su rendimiento o seguir en alza. Por cada uno de ellos llegaron paquetes de prospectos y otros hombres ya establecidos en el máximo escalón del béisbol profesional de Estados Unidos, aunque sin el cartel ni las proyecciones de los que salieron.

Pero el principal objetivo de estos cambios no estaba únicamente enfocado en mejorar la condición del sistema de fincas de la organización, sino que también pretendía aligerar la nómina del equipo, cuyo presupuesto en pago de jugadores debe ser uno de los más bajos en las Mayores en el 2018. Así lo han querido Jeter y Sherman, quienes están enfrascados en sanear el defectuoso estado de cuentas de los Marlins y salir del rumbo extravagante que había marcado Loria, uno de los hombres más odiados en el sur de la Florida. Pero para un equipo que estuvo buena parte de la contienda del 2017 peleando por uno de los comodines del Viejo Circuito, los movimientos de Stanton y compañía han sido interpretados por los fanáticos como un tiro de gracia a las posibilidades de cara al 2018.

Ciertamente, los Marlins no competirán en la venidera campaña. Sin tres maderos poderosos, sin pitcheo sólido y solo con algunos remiendos por posiciones que se unirán al estelar Christian Yelich (no ha sido cambiado porque su ficha es de las más bajas), no hay opciones de luchar, ni siquiera en la floja División Este de la Liga Nacional, donde Washington debe dominar sin contratiempos. Pero la pregunta es: ¿si se hubieran quedado con las estrellas, existía real fluidez financiera para firmar a otros jugadores que redondearán el conjunto? La respuesta a esa interrogante es un claro no, porque ir detrás de agentes libres implicaría un enorme gasto de dinero que Jeter y Sherman no se podían permitir, como tampoco podían buscar cambios interesantes en el mercado dada la precaria situación del sistema de fincas de la franquicia.

Además, Jeter ha hecho una observación muy elocuente tras ser duramente criticado por los cambios de Stanton, Gordon y Ozuna. Con ellos, los Marlins eran más competitivos, pero el estadio no se llenaba, ni siquiera en el año en que Stanton impuso su mejor récord de jonrones. Definitivamente, las estrategias planteadas no estaban dando resultados y el giro en la toma de decisiones se imponía. Esto no quiere decir que Jeter y Sherman estén en el camino correcto, eso nadie lo sabe, ni siquiera ellos, pero habrá que darle un margen de tiempo para que prueben si su teoría y estrategia es la adecuada o solo se convertirá en otro tiro errado en Miami.