No hay lugar para el proceso independentista
El desafío independentista de Carles Puigdemont va perdiendo adeptos y tan solo un 21% de la sociedad catalana dice sí a continuar con el proceso de separación con España. La mayoría de la población que votó a favor del secesionismo en las pasadas elecciones autonómicas aboga ahora por tratar de buscar un acuerdo con el Gobierno de Mariano Rajoy para tratar de encajar la situación actual de Cataluña en el conjunto del país.
Han sido meses de disputas. Meses de bombardeos informativos en los que la única realidad que existía era Cataluña y el desafío independentista del expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. Ha sido tanto tiempo hablando sobre Cataluña que incluso el mismo término se ha convertido en el más buscado de España en Google durante este año 2017. Un exceso de noticias, cambios, disputas y charlas entre amigos, familiares y conocidos que ha terminado por aborrecer a muchos. Tanto es así que hasta los mismos independentistas se lo piensan ahora dos veces antes de volver a apostar por el denominado procés. Así, los sondeos muestran que, de cara a las próximas elecciones autonómicas del día 21 de diciembre, tan solo el 21% de la población afirma que apoyará la continuación del divorcio con España. Una cifra que ha caído respecto al pasado y que hace temblar a los sectores independentistas de cara a la votación.
La mayoría de catalanes quiere normalizar la situación y, por ello, hasta el 72% de ellos apuesta porque la Generalitat y el Gobierno de Mariano Rajoy puedan llegar a un acuerdo que permita el “encaje de Cataluña en España”. Tanto votantes independentistas como constitucionalistas quieren poner calma a un tiempo de desavenencias y conflictos que no ha llegado a ningún puerto y que ha supuesto la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña, el exilio de Puigdemont y el encarcelamiento de exconsellers y líderes de asociaciones a favor de la independencia.
El 43% de los partidarios de ERC dicen sí a esta fórmula que es apoyada por un 37% de los de Junts per Catalunya y hasta un 7% de los simpatizantes de la CUP. Toda una señal de que el proceso independentista ha perdido fuerza entre la sociedad catalana que tendrá la última palabra en las elecciones de la próxima semana.
