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viernes, 1 de diciembre de 2017

Punto y final al caso Pistorius

Por Julio Zambra

El exatleta discapacitado sudafricano Oscar Pistorius, famoso por su accionar dentro y fuera de las pistas, se ha visto envuelto nuevamente en la polémica. Lo cierto es que su nombre es sinónimo de titulares en los diarios de todo el mundo desde que mató a su novia en la madrugada del 14 de febrero de 2013 en su casa de Pretoria, al dispararle cuatro veces a través de la puerta cerrada del baño. El atleta alegaba que abrió fuego presa del pánico al confundir a su pareja, la modelo Reeva Steenkamp, con un ladrón que pensaba que había entrado en la vivienda por la ventana del baño.

El pasado 24 de noviembre, el Tribunal Supremo de Apelaciones de Bloemfontein (SCA, por sus siglas en inglés) aumentó considerablemente la sentencia de Oscar Pistorius a trece años y cinco meses tras el recurso de apelación de la Fiscalía. El juez Willie Seriti prácticamente duplicó la condena original de seis años impuesta al atleta paralímpico por el tribunal de Pretoria en 2016. La fiscalía había recurrido esta condena para exigir una pena más severa, calificando la primera de totalmente inapropiada.

Esta era la segunda vez que se apelaba, tras haber contestado ya el veredicto original de 2014, que condenaba a Pistorius a solo cinco años de prisión por un delito de homicidio, al considerar que no tuvo intención de acabar con la vida de la víctima. Tras el recurso de la Fiscalía, el Tribunal Supremo de Apelaciones volvió a anular en diciembre de 2015 la condena por homicidio y declaró a Pistorius culpable de asesinato, al concluir que tuvo intención de matar a la persona que se encontraba en su hogar, independientemente de que pensara que era Steenkamp o un intruso.

El caso volvió al Tribunal Superior de Pretoria en julio del año pasado, cuando la jueza del caso, Thokozile Masipa, dictó una pena de seis años de cárcel por asesinato, al considerar que existían circunstancias atenuantes. La Fiscalía Nacional (NPA, por sus siglas en inglés) argumentó que las sentencias previas, de 5 y 6 años respectivamente, fueron en extremo condescendientes. Por tanto, solicitaban esta pena de quince años, el mínimo establecido por asesinato en Sudáfrica.

El exvelocista siempre se ha declarado inocente. Sin embargo, el juez de la Corte Suprema, Willie Seriti, dijo que Pistorius no explicó en las audiencias judiciales por qué disparó y tampoco aprecia la gravedad de sus acciones. "Me resulta difícil aceptar que el demandado está realmente arrepentido", escribió Seriti en su decisión. El juez agregó que los hechos del caso exigían una sentencia más alta pues la de seis años de prisión era sorprendentemente indulgente hasta el punto de que tiene el efecto de trivializar esa grave ofensa. Entre los argumentos presentados por la acusación se expresó que Oscar Pistorius no dio nunca una razón convincente para aclarar por qué disparó cuatro veces y que era un individuo entrenado, no vulnerable. También se puso en duda que sintiera un verdadero remordimiento.

La Corte Suprema de Apelaciones de Sudáfrica lo sentenció realmente a quince años de cárcel, pero al restársele el tiempo que ya llevaba recluido, da un total de trece años y medio de prisión. La decisión fue tomada por mayoría simple. Oscar Pistorius puede llegar a apelar la nueva sentencia, según Kelly Phelps, un consejero de su equipo de defensa, pero no se ha tomado ninguna decisión.

Oscar Pistorius nació con un problema genético que llevó a sus padres a decidir amputarle las dos piernas por debajo de las rodillas cuando tenía once meses. A pesar de ese handicap, alcanzó la cima del atletismo mundial, corriendo sobre dos prótesis de carbono, al lograr las marcas mundiales en las diferentes pruebas de 100, 200 y 400 metros lisos para atletas que han sufrido una doble amputación y obtener varias medallas de oro en Juegos Paralímpicos. Sus resultados en dichas pruebas le permitieron convertirse en el primer atleta de su condición en participar en unos Juegos Olímpicos para personas no discapacitadas, los de Londres en 2012, y se había erigido como un ícono de coraje y superación a través del deporte. Pero tan solo un año después de su destacada participación en las Olimpiadas, el turbio episodio del asesinato de su novia lo hizo caer en desgracia y puso fin a su exitosa carrera deportiva.