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miércoles, 27 de diciembre de 2017

Rajoy, tras el 21-D

Por Diana M.

Tras la jornada del 21-D, el presidente del gobierno español Mariano Rajoy, ha aparecido ante cámaras para analizar los resultados de las elecciones catalanas. Según afirmó, lo que se hizo con el 155 «ha funcionado muy bien», y se derogará cuando haya un nuevo gobierno constituido. El mandatario se ha mostrado dispuesto a dialogar «con quien ha ganado las elecciones, la señora Arrimadas». Ello dice NO a la invitación de Puigdemont al diálogo.

Y es que horas antes el cabeza de lista de Junts per Catalunya (JpC) y expresidente del Govern cesado, Carles Puigdemont, ha instado a Rajoy a reunirse con él "en Bruselas o en otro país de la Unión Europea, menos en España por motivos evidentes", sin condición previa por ninguno de los dos bandos.

Pese a que por primera vez un partido constitucionalista vence a los independentistas catalanes, la victoria no es suficiente para gobernar, ni para frenar al procés. Los secesionistas siguen manteniendo la mayoría absoluta en el Parlamento catalán. En la lectura del 21-O de Puigdemont dijo que las elecciones "convocadas por el Estado español" refrendan los resultados del referéndum del 1-O. "Los votos independentistas suben. Los partidos que son partidarios de un referéndum suman más del 55% de los sufragios"; el siguiente paso debe ser "una reunión para empezar a encontrar soluciones políticas a un problema después de que los catalanes se hayan expresado de forma masiva".

Ese encuentro, según Puigdemont, "exige como primer paso reconocer al interlocutor". Sin más ni menos condiciones que esas. El mandatario español se ha negado, alegando que el Gobierno autonómico que salga de las elecciones debe cumplir la ley, apegarse estrictamente a ella; lo que deja a Puigdemont y sus seguidores fuera de juego. "Para tener a alguien como interlocutor debe tomar posesión de su escaño, ser elegido y estar en condiciones de hablar conmigo", ha dicho con toda intencionalidad.

De hecho, Rajoy apenas se ha comprometido a elevar su esfuerzo de entendimiento con el nuevo Govern que se configure. Su postura sí tiene condiciones. El presidente se ha mostrado decidido a "normalizar la situación" pero dependiendo de "la buena voluntad" de los catalanes, y contando conque los catalanes abandonen la unilateralidad hacia la independencia. En cuanto a su postura respecto a los resultados de las urnas, el presidente ha admitido que ni él ni los suyos pueden estar contentos con lo sucedido en las votaciones, aunque ha evitado hablar de responsabilidades.

Ante la interrogante de si se adelantarán los comicios legislativos por el resultado del 21-D, el presidente ha descartado la opción. "Después de todo lo que ha pasado en España lo que nos faltaba era convocar elecciones generales. No tengo ninguna intención de adelantar", ha concluido.

Por su parte, la Comisión Europea ha ratificado que su posición "no va a cambiar" con respecto a Cataluña. Bruselas continúa respaldando a Rajoy, y ha criticado con suma dureza a Puigdemont por violar las leyes y la Constitución.