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domingo, 31 de diciembre de 2017

Si de moda se ha hablado en 2017....

Por RaizaM.

Pocos conocían el nombre de Demna Gvasalia antes de que fuera nombrado como el sustituto de Alexander Wang al frente de Balenciaga. El diseñador alemán es de origen georgiano y se formó en la Royal Academy of Fine Arts de Amberes, una de las escuelas de arte más prestigiosas del mundo. Su primera colección fue en Tokio en 2007 y ya en 2009 presentaba sus diseños en una Maison. En 2013 se trasladó a Louis Vuitton para trabajar a las órdenes de, primero, Marc Jacobs y después de Ghesquière en las colecciones femeninas.

Según el ránking de Business of Fashion, las botas calcetín de Vetements, la camiseta Coco Cuba de Chanel o la riñonera de Gucci han sido algunas de las prendas más utilizadas este 2017. Pero ninguna de estas firmas ha logrado igualar a Balenciaga en lo que a molar se refiere. Su espaldarazo definitivo llegó con el anunció de su nombramiento como director creativo de Balenciaga, sustituyendo al norteamericano Alexander Wang. “Gvasalia se ha impuesto de manera acelerada como la mejor opción para la nueva dirección artística de la maison”, declaraba la directora general de Balenciaga, Isabelle Guichot, quien además destacaba del diseñador su “dominio de la tecnología” y “los conocimientos y la cultura de la moda adquirida en sus diferentes experiencias”.

En el último año, la firma ha superado a Gucci, Saint Laurent, Off-White, la marca revelación del momento, y Vetements. Según la firma europea, todo el mérito se lo debe a su director creativo. Para los críticos de arte, Gvasalia le ha dado un plus de originalidad a base de deconstrucciones, jugando con lo oversize y potenciando los logos. Según ha declarado Gvasalia a la prensa, antes la moda iba de soñar; ahora los estilos van tienden a ir a caminos más pragmáticos.

Una de las prendas más originales de este 2017 fue unas sneakers-calcetín que parecían unos escarpines de playa pero al precio de 500 euros. Las llamadas Triple S fueron otros de los calzados que consiguieron éxitos de ventas. Pero sin dudas, la pieza más polémicas de este 2017 fue el bolso que se parecía a la típica bolsa azul de plástico de Ikea, pero con una diferencia significativa de precio -de 0,50 céntimos a 1.700 euros. Además, el director creativo de esta firma de lujo desde hace poco más de un año, es experto en detectar iconos de la cultura popular y utilizarlos para provocar y hacer preguntas sobre lo que debería ser el lujo.