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martes, 19 de diciembre de 2017

Títulos y redención: el Madrid completa la manita

Por Aliet Arzola

El Real Madrid recordará el 2017 como el año en el que ganaron cinco títulos de seis posibles, luego de coronarse en Abu Dabi en el Mundial de Clubes. Los blancos impusieron su clase y señorío contra el Gremio de Porto Alegre, elenco brasileño de pierna dura que apostó su suerte únicamente a los contragolpes y terminó fundido por correr detrás de la pelota.

Contrario al choque de semifinales contra el Al Jazira, los merengues tuvieron una puesta en escena mucho más seria, y dieron muestras de la concentración y organización, detalles que el conjunto de Zinedine Zidane olvidó por completo ante los árabes. Por supuesto, el reto era superior, porque el Gremio, flamante monarca de la Copa Libertadores, llegaba a la cita con cartel de equipo fuerte, rocoso y letal en los últimos metros gracias a la velocidad y habilidad de Luan y Jael. Ante dicho escollo, el Madrid presentó un plan ambicioso, con el objetivo de acorralar al contrario y marcar el ritmo de un partido que, como particularidad, tenía un título en juego.

Y en este tipo de encuentros los blancos se transforman, básicamente porque el club vive para llenar vitrinas. De entrada, Modric, Kroos, Cristiano, Isco y Benzema apretaron y dejaron sin balón al Gremio, que respondió metiendo bien duro la pierna. A solo un minuto de comenzar el encuentro, Pedro Geromel pudo ver la roja por una fea patada sobre Ronaldo, o como mínimo debió cargar con una amarilla, pero ni el árbitro mexicano César Ramos ni los ojos ocultos del VAR lo determinaron así. Pero la rudeza de los brasileños no intimidó al Madrid, que estuvo muy cerca de abrir el marcador por una volea de Carvajal que Geromel sacó cuando iba directo a las redes, o más tarde por un chut seco de Modric desde la frontal que se marchó besando el palo.

Del Gremio no hubo noticias en sentido general. Su plan de contragolpear quedó anulado por la precisión quirúrgica en los cortes de Casemiro, Kroos, Isco y Modric, particularmente enchufado, con un juego muy por encima del nivel. El croata llevó las riendas del Madrid, fue un verdadero diez en la conducción, las aperturas y los desbordes por ambas bandas. Bajo su égida, los blancos ampliaron cada vez más su marco de influencia y empujaron contra su arco al once del técnico del Gremio Renato Portaluppi, que solo metió algo de miedo a Keylor Navas con un misil de tiro libre de Edilson que se fue alto por poco.

Pero a la postre el Madrid necesitó la magia de CR7, el hombre grande de las finales, quien abrió el marcador con un gol de tiro libre bien temprano en el segundo tiempo. El potente disparo del portugués se coló por una pequeña brecha de la barrera y puso en la senda del título a los blancos, que después no anotaron más, pero tampoco pasaron susto alguno, porque el Gremio se marchó del partido sin colar un disparo entre los tres palos. Con el paso de los minutos, la escuadra brasileña se alargó en busca del empate y dejó espacios que el Madrid pudo aprovechar, pero el VAR le quitó otro gol a Ronaldo por un fuera de lugar muy justo de Benzema, y el meta Marcelo Grohe desvió y paró varios disparos con peligro de Modric, CR7 y Bale, quien de nuevo entró de suplente y mostró algo de su velocidad y pegada. La buena noticia para el Madrid es la corona, su quinta de un año perfecto en finales, aunque para los blancos vendrá ahora un carrusel de partidos crudos para definir su suerte en La Liga, la Copa del Rey y la Champions.