Vendrán los nuevos días en Honduras
“Vendrá el mañana libre. Vendrá la democracia”. Este primer verso del poema “Vendrán los nuevos días”, de Alfonso Guillén Zelaya es quizás lo que se preguntan miles de hondureños cuando todavía están en suspenso las recientes elecciones celebradas el domingo último en Honduras. Guillén Zelaya fue un escritor hondureño, nacido en Juticalpa al norte de Honduras. Incansable luchador por la democracia, especialmente en su país en el que una férrea dictadura había hecho sufrir a su pueblo y desarticulado la organización de las masas trabajadoras.
En una situación similar se encuentra ese país, luego de las elecciones presidenciales del domingo último en que dos contendientes se autoproclaman los ganadores de los comicios. Por una parte “el señor de la televisión”, un presentador muy popular de la pantalla chica: el ingeniero Salvador Nasralla, nacido en Tegucigalpa, la capital del país en el año 1953 (Tegucigalpa, 1953) y que se ha pronunciado con fuerza en contra de la corrupción imperante en el país, que exhibe las más dramáticas diferencias sociales de América Latina. Su contraparte en el proceso es Juan Orlando Hernández, actual presidente del país, quien logró volver a postularse.
Las últimas cifras oficiales dejan ver que el candidato Nasralla del partido Alianza Opositora ha obtenido un 42,1%, mientras que el candidato Juan Orlando Hernández del Partido Nacional le aventaja estrechamente con un 42,2 % que significan apenas 3000 votos más, resultados que ha refutado el primero acusando de fraudulentas las elecciones y que se han retrasado los resultados para favorecer a Hernández.
El Sistema de Naciones Unidas en Honduras también acaba de realizar un llamado a través de un comunicado que publicó oficialmente en su página web pidiendo contención a los ciudadanos para que se expresen y reúnan libremente sin violencias y a las autoridades correspondientes que respeten esas libertades y al Tribunal Supremo Electoral para que comunique de mejor manera los datos relacionados con las elecciones, de manera que puedan evaluarse objetivamente.
Por otra parte solicita a los principales contendientes Nasralla y Hernández a que contribuyan con su liderazgo a calmar a sus seguidores que ya han tomado las calles para defender sus votos y que se realice una verificación autónoma de todos los controles que se han realizado para que sean más verosímiles y claro los resultados. Las cifras elevadas de criminalidad e impunidad que prevalecen en Honduras que posee uno de los más altos índices de homicidios del mundo,(5.154 homicidios, lo que significa que cada 100.000 habitantes hay 59 homicidios), así como acciones violentas contra las personas entre las que se destacan a homosexuales, transgéneros, periodistas, activistas como la dirigente ambientalista Berta Cáceres, que fue asesinada impunemente en el mes de marzo del año pasado y que había denunciado mas de treinta veces las amenazas que había sufrido sin que fueran investigadas
Honduras es un país que posee una fuerte corrupción policial, fuertes presiones hacia los jueces, que en ocasiones comprometen sus decisiones bajo intimidación política. Tiene un gran flujo migratorio hacia los Estados Unidos que crece cada año producto de la grave y triste situación económica y política que vive el país.
Todo esto justifica el elevado abstencionismo que ha prevalecido en estas elecciones y que el pueblo torne en una interrogante el verso de Guillén Zelaya: ¿“Vendrá el mañana libre. Vendrá la democracia”?
