Atletismo cubano, una era de decadencia y sueños
El año 2018 nos abrió sus brazos y vale la pena valorar la actuación de un deporte que le ha brindado a la isla de Cuba un sinnúmero de alegrías, aunque, ahora mismo, la tristeza abrigue el corazón de miles de sus seguidores. El atletismo antillano transitó el 2017 entre lo amargo y lo dulce, como el título del éxito musical de una de sus mejores intérpretes, la bella Diana Fuentes.
Resulta en extremo necesario comenzar con un dato certero: el Campeonato Mundial desarrollado en Londres dejó para nuestro país su peor actuación histórica en este tipo de certámenes. La presea de bronce de la pinareña Yarisley Silva en el salto con pértiga resultó el saldo más bajo desde Helsinki 1983 –primera edición-, puesto que en Roma 1987 se alcanzaron dos preseas de ese propio color, a través del discóbolo Luis Mariano Delís y el relevo largo.
Según las exactas cuentas del estadístico Eddy Nápoles, en cuanto a las ubicaciones de atletas entre los ocho primeros, se lograron nueve finalistas y 35 puntos, siendo estos últimos detalles aspectos positivos, pues se superaron los siete clasificados y 32 unidades de Moscú 2013 y los cinco con 30 de Beijing 2015.
Finalmente, la comitiva nacional estuvo integrada por 27 exponentes, los cuales compitieron en 20 pruebas individuales y dos relevos. Estos apenas establecieron cuatro mejores marcas del año para un irrisorio 18.18% de efectividad, mientras que promediaron dos meses y siete días de antelación, en cuanto al logro del mejor resultado anual y el desarrollo del programa fundamental de la temporada. Sin dudas, continúa siendo una deuda el llegar en óptima forma deportiva al evento fuerte del año.
A pesar de no obtener medallas, desde el punto de vista individual destacó la heptatlonista guantanamera Yorgelis Rodríguez, quien implantó nuevo récord nacional con 6594 puntos, logrando un magnífico cuarto lugar y superando por 113 rayas lo realizado en los Juegos Olímpicos Río 2016.
Además, sobresalieron Cristian Nápoles, número cuatro en el triple salto, con 17.16 metros; Maykel Massó, quinto en longitud, con 8.26; y el velocista Yoandys Lescay, principal hombre del relevo 4x400. Tampoco desentonaron Rose Mary Almanza, quien logró un 1.59.79 minutos en los 800, y la balista Yaniuvis Lopez, octava con 18.03.
Lejos de sus mejores actuaciones sí quedaron las discóbolas Yaimé Pérez y Denia Caballero, cuarta y quinta, respectivamente, cuando la mayoría de los especialistas las ubicaba en el podio de premiaciones junto a la estelar croata Sandra Perkovic. Pérez cerró la cita con 64.82, mientras que Denia llegó a los 64.37.
No obstante, no todo fueron malas noticias, porque los más noveles sacaron la cara en el Mundial para cadetes, realizado en Nairobi, Kenya, durante el mes de julio. El programa dejó para la mayor de las Antillas la mejor actuación de siempre, con un escaño número tres en el medallero gracias a cinco preseas de oro, dos de plata y una de bronce. Sin embargo, esta historia feliz la dejaremos para un segundo acercamiento. Nos vemos.
