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lunes, 8 de enero de 2018

El tabaquismo, una lacra en la adolescencia

Por dianell

El tabaquismo es hoy en día un fenómeno muy popular, pues ya no solo fuman nuestros abuelos, sino que cada los jóvenes y adolescentes incluyen esta práctica tan dañina a su cotidianidad. El tabaquismo es una muerte silenciosa que acaba con nuestro organismo y que no solo afecta al que consume directamente, sino a los de su alrededor. Este fenómeno ya no es nuevo para nosotros, el tabaquismo se ha venido convirtiendo en una de los contagios más graves para los seres humanos. Actualmente es uno de los factores de riesgos más importantes, relacionados a las principales causas de muerte y enfermedades.

La adolescencia es un periodo difícil y en el cual muchos empiezan en el mundo del tabaquismo. A muchos adolescentes les gusta la sensación que sienten cuando fuman. Este sentimiento aparentemente agradable aparece producto a la nicotina de los cigarros, que estimula el sistema nervioso, el corazón y otros órganos internos. El efecto que posee sobre el sistema nervioso es una de las razones porque a las personas se les hace tan difícil renunciar el hábito de fumar. La nicotina es sin duda un veneno.

Algunos jóvenes, en su mayoría piensan que fumar les ayuda a perder peso o mantenerse delgado, igualmente sienten que el fumar les da sentido de libertad e independencia y unos fuman para sentirse más a gusto en algunas situaciones sociales. Los jóvenes aprenden el comportamiento relacionado con el hábito de fumar de amigos, padres y hermanos, la adolescencia es un período de vida en que los jóvenes tratan de perfilar su propia identidad, determinado en que grupo social se siente a gusto. La adicción a los productos derivados del tabaco es la más extendida, su aceptación cultural piensa en su consumo en primer lugar como una fuente de placer y en segundo como un simple vicio o mala costumbre.

La mayor parte de los jóvenes que están entre los 13 y 18 años considera que fumar produce cáncer y aumenta el riesgo de ataque cardíaco. La mayor parte de ellos piensan que dejaran de fumar en seis años o menos, al parecer desconociendo la enorme dificultad que viven muchas personas para dejar este hábito. De hecho, muchos científicos opinan que fumar no es ya un hábito, sino una adicción fisiológica.

Suele ocurrir, que fuman su primer cigarrillo entre los 10 y 12 años y excepcionalmente lo disfrutan. Aún así muchos se quieren conseguir otro, sería entonces, quienes llegarán a ser fumadores por lo común entre los 12 y 13 años por primera vez. Fumar es un fenómeno particular: las personas jóvenes que no asisten a las escuelas tienen el doble de probabilidades de fumar, que aquellos que planean ir. También es algo relacionado con la personalidad, los fumadores jóvenes tienden a ser más rebeldes, más idóneas de tolerar la ambigüedad, desean ser mayores, tienen menos éxito escolar y frecuentan menos los deportes.

Las personas jóvenes tienen más probabilidad de fumar cuando sus amigos y familiares lo hacen. Si un padre fuma, un hijo tiene el doble de probabilidad de hacerlo, que aquel que ninguno de los padres fume. Si ambos padres o uno de ellos y un hermano o una hermana mayor fuman, las probabilidades son de cuatro a uno, de que un joven lo seguirá haciendo. Y sí,si su amigo fuma, la probabilidad de que el chico lo haga también aumenta.

Mientras, en la actualidad, cada vez menos adultos están fumando, más jóvenes especialmente del sexo femenino, lo están haciendo. Si esta tendencia continúa, las mujeres tendrán iguales posibilidades de contraer enfermedades relacionadas con el hecho de fumar, como cáncer pulmonar y ataques cardíacos, cosa que es actualmente muy visible.

Se han hecho muchos esfuerzos para desanimar a los jóvenes a que fumen, pero lo único positivo y que parece constituir una promesa se relaciona con el liderazgo realizado por los compañeros. Puesto que las presiones de los compañeros indican ser muy efectivas para inducir a fumar a las personas, su influencia en sentido contrario puede constituir el mejor mecanismo preventivo.

La publicidad del tabaco anula el entendimiento y la capacidad de los jóvenes para poder elegir de manera libre y justificada si desean o no fumar. Asimismo, la publicidad hace que los jóvenes crean que fumar es más común de lo que en realidad es, fundamentalmente entre sus compañeros. Los niños son más sensibles que los adultos a los mensajes e imágenes contenidas en los anuncios de tabaco.

Los niños ven el fumar como un comportamiento relacionado con los adultos, por lo que es frecuente que empiecen a hacerlo paraparecerse a ellos. Los adultos (especialmente los padres que son fumadores activos) deberían ser conscientes de las consecuencias que tiene su propio hábito del tabaco sobre el futuro de sus hijos.Loa niños/adolescentes a los que no se les permite ver películas para adultos corren un riesgo mucho menor de adquirir el hábito de fumar. Los padres que vigilan lo que ven sus hijos y les prohíben las películas clasificadas para mayores de edad -en las cuales es mucho más común que algún personaje fume- pueden tener un efecto profundo sobre las posibilidades de que los niños desarrollen el hábito de consumir tabaco.

En fin, el tabaquismo en la adolescencia según lo expresado tiene muchas aristas, difíciles de controlar, pero sobre las cuáles se debe trabajar intensamente, empezando desde el hogar para preservar y cuidar la vida de los jóvenes y niños que serán mañana el futuro del hoy.