La garrapata más vieja del mundo es española
Si nos contaran que encontraron un fósil procedente de millones de años atrás encerrado en una pieza de ámbar (resina fosilizada) nos parecería sin dudas más de película que real, sobre todo haciendo alusión al inicio del famoso filme Parque Jurásico. Sin embargo, esta historia tiene precedentes en nuestra realidad, por ejemplo, un grupo de científicos españoles determinó que la garrapata más antigua del mundo es de Cantabria. Hasta el momento, los ejemplares más antiguos de garrapata se hallaron en el yacimiento ambarino de Myanmar o Birmania, uno de los más prolíficos del mundo con 99 millones de años de antigüedad y que corresponde al Cretácico. Sin embargo, los investigadores españoles descubrieron, en el yacimiento de ámbar de la Cueva del Soplao, ubicada en Cantabria, la garrapata más antigua del mundo, perteneciente al Cretácico, hace 105 millones de años, el periodo en el que se extinguieron los dinosaurios.
Los resultados forman parte de un estudio publicado en Nature Communications, que estuvo liderado por el investigador del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), Enrique Peñalver. En el mismo se confirmaba que, hace 100 millones de años, las garrapatas se alimentaban de la sangre de los dinosaurios.
La investigación añadía una pieza de ámbar de Myanamar en la que estaba capturada una garrapata unida a una pluma de dinosaurio, algo que constituye por tanto la primera evidencia de la interacción entre ambos grupos. Además, en el trabajo se analizaban varias garrapatas aisladas, que se hallaron en el yacimiento de Myanmar, determinando que esos insectos pertenecían a un nuevo grupo de garrapatas llamados como 'Deinocrotonidae'.
Pero lo más relevante con respecto a la nueva pieza de ámbar española es que, además de ser la garrapata más antigua del mundo, esta también contiene más de 40 insectos, tales como escarabajos, avispas, mosquitos, ácaros, además de restos vegetales y algunas partículas del suelo en el que cayó, según señaló Peñalver.
En espera de más información a partir de la investigación con escáner, de momento se conoce que se trata de una garrapata macho de los 'Deinocrotonidae' que no tiene sangre en su interior.
En ese sentido, Peñalver explicó que consideran que pudo caer desde un árbol, probablemente de algún nido, hasta el suelo, donde, junto a otros insectos, quedó atrapada en la resina, que es una superficie pegajosa que aporta datos muy detallados del ecosistema boscoso que la generó.
En los próximos meses, Peñalver y otros investigadores de la Universidad de Barcelona, estudiarán este ejemplar de garrapata, que todo apunta que es y continuará siendo el ejemplar más antiguo del mundo. En ese sentido, el investigador subrayó que las garrapatas solo se conservan en ámbar, y el ámbar español es el segundo más antiguo del mundo. con 105 millones de años, por detrás de los yacimientos ambarinos del Líbano con 130 millones de años, en los que no hay garrapatas. Es por ello que lamentablemente, nunca sabremos cómo fueron los primeros de estos insectos del mundo.
Otros yacimientos de ámbar importantes además de los de España, que son el de Soplao de Cantabria, de San Just en Aragón y de Peñacerrada en Álava, están los de Birmania y Canadá, todos pertenecientes al Cretácico. Además, son importantes los del Báltico, México y República Dominicana, que están entre los 42 millones y los 20 millones de años de antigüedad.
Pero estos yacimientos no contienen información de los dinosaurios sino de los primeros mamíferos que fueron ocupando los nichos dejados por los dinosaurios luego de su extinción. Todas esas piezas de ámbar pueden verse a partir del22 de diciembre en el Museo Geominero del IGME, en Madrid, como parte de la exposición llamada 'Amberia: el ámbar de Iberia'. El proyecto de investigación Amberia ha describito 150 especies nuevas de artrópodos, conservadas en resina hace 105 millones de años. Estos resultados estarán en la exposición hasta el 25 de septiembre de 2018.
La exposición muestra una parte de los seres vivos que ocupaban la península Ibérica en el periodo Cretácico, época en la que España era una isla poblada por bosques resiníferos que dieron lugar al ámbar que ahora revela cómo eran los organismos del pasado y su evolución.
