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jueves, 4 de enero de 2018

Ni en New York, ni en Hong Kong… en La Habana.

Por ernestodacostamontiel

Ante la problemática de la urbanización en la capital el programa de desarrollo ambiental comunitario: Proyecto Mariposario, único de su tipo en Cuba, promueve la búsqueda de alternativas de explotación sostenible de los recursos naturales y fortalece la educación, comunicación y divulgación ambiental como vías para elevar el conocimiento. En una superficie de 300 metros cuadrados, el Mariposario ocupa un área 280 metros cuadrados (largo 20 metros y ancho 14 metros) y puede albergar alrededor de 20 mariposas, todas exclusivas de la fauna cubana. En esta urbe la rápida urbanización es una realidad y es por eso que ante la encrucijada hemos sido testigo como se realizan, por partes de instituciones, ciudadanos y visitantes de La Habana, tareas para recuperar espacios de suma importancia para la preservación de especies que habitan en parques, áreas verdes y bosques naturales.

Con el transcurso del tiempo ha quedado comprobado que la urbanización de las ciudades deviene disminución de las áreas naturales, perdiéndose gran cantidad de vegetación y por consiguiente una disminución a tener en cuenta en la población de animales. New York y Hong Kong son ejemplo vivo de esta problemática que atañe a todos por igual. Pero no hay que ir hasta New York, ni mucho menos hasta Hong Kong, para analizar las implicaciones de la urbanización y las acciones o iniciativas que se llevan a la práctica para lograr espacios públicos con valores de biodiversidad para un esparcimiento sano y educativo. Como ciudad densamente habitada, La Habana, puede ser el ejemplo más cercano.

Ante la problemática de la urbanización en nuestra capital el programa de desarrollo ambiental comunitario: Proyecto Mariposario, único de su tipo en Cuba, promueve la búsqueda de alternativas de explotación sostenible de los recursos naturales y fortalece la educación, comunicación y divulgación ambiental como vías para elevar el conocimiento. En una superficie de 300 metros cuadrados, el Mariposario ocupa un área 280 metros cuadrados (largo 20 metros y ancho 14 metros) y puede albergar alrededor de 20 mariposas, todas exclusivas de la fauna cubana.

En esta urbe la rápida urbanización es una realidad y es por eso que ante la encrucijada hemos sido testigo como se realizan, por partes de instituciones, ciudadanos y visitantes de La Habana, tareas para recuperar espacios de suma importancia para la preservación de especies que habitan en parques, áreas verdes y bosques naturales. Así, entre nosotros, se ha venido gestando un programa de desarrollo ambiental comunitario dirigido a los niños de la enseñanza primaria y secundaria que engloba en sí muchos talleres, pero donde la atracción fundamental es novedosa, curiosa y de marcado valor social: un mariposario.

Único de su tipo en Cuba y ubicado en la Quinta de los Molinos, este Mariposario pretender alcanzar un mayor grado de cultura ambiental en los niños y niñas de las escuelas primarias y secundarias favorecidas y, desde su creación, incrementa los conocimientos de los visitantes acerca de fauna de lepidópteros cubanos, la importancia de su conservación y las características del ciclo de vida de las mariposas. Además los mariposarios cumplen con todas las condiciones para realizar experimentos en el campo de la Biología, Ecología* y Etología. Desde el punto de vista conservacionista promueven la enseñanza y contribuyen a la protección y recuperación de especies amenazadas por las actividades antropogénicas.

Desde el punto de vista ecológico se pueden reproducir especies en peligro de extinción con el objetivo de liberarlas posteriormente en aquellos hábitats que han sido o están en proceso de recuperación. El Mariposario en cuestión cuenta con un cuarto de cría para las larvas de mariposas, fundamentalmente cubanas, tiene capacidad para cerca de 20 especies de mariposas autóctonas cubanas y también se podrán reproducir algunas especies foráneas.

Todas las especies desarrollarán su ciclo de vida dentro del recinto sobre 30 especies de plantas que incluyen a las hospederas para sus larvas y a las productoras de néctar para la alimentación de los adultos. Sin dudas este mariposario contribuirá, a largo plazo, a la educación y cultura ambiental en los niños y niñas que se inserten en él y a la población de manera general. Apuesta interesante en una ciudad tan contaminada y urbanizada como es La Habana.

En España, tiene en su mayor mariposario distintas especies de varios continentes. En estas instalaciones, de diseño asiático y con unos dos mil metros cuadrados, se observan a diario entre 1.200 y 1.500 mariposas, las cuales vuelan sin ningún tipo de barrera arquitectónica entre los visitantes y ellas, además de unas 400 crisálidas. El mariposario cuenta con un 70 por ciento de sus especies de cría propia, y se producen en las instalaciones en espacios creados para tal fin llamada "caja de emergencia", otro 30 por ciento es importado de sus lugares de origen, lo cual cuesta unos 600 euros aproximadamente, según el número de especies y la cantidad de especies que se solicitan. También se realizan labores de proteccion y cuidado medioambiental.