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miércoles, 31 de enero de 2018

Una brecha económica que amenaza convertirse en abismo

Por Darío E.

La balanza entre ricos y pobres cada vez está más desproporcionada en el mundo. Así figuró en el Foro Económico de Davos, Suiza, donde los expertos indicaron que pese a la recuperación de la economía mundial, con un crecimiento cíclico de 3,9 por ciento en 2018, esta no mejorará las condiciones de extrema pobreza de la mayoría de los habitantes del planeta. La directora gerente del FMI Christine Lagarde, ilustró que el crecimiento global se ha acelerado desde 2016. Sin embargo, pese a este optimismo, una quinta parte de los mercados emergentes y en vías de desarrollo bajaron sus ingresos per cápita en 2017.

Una verdad de Perogrullo es la conclusión de la funcionaria. La exclusión precisamente está dada a la concentración de la riqueza de la minoría dueña del mayor porcentaje del capital. Algunos consideraron que la crisis financiera de 2008 equipararía la balanza, pero el poderío de la élite económica internacional se incrementó a 13 por ciento desde 2010 hasta la fecha. Acorde a un informe de Oxfam, la fortuna de los más pudientes aumentó en 762 mil millones de dólares durante 2017, que representa solo el 1 por ciento de la población mundial. En contraste los salarios de los que más sudan subieron solo dos por ciento como promedio anual, mientras los ricos incrementaron el capital de sus arcas.

El despegue de la élite de poder ocurrió en detrimento de las personas trabajadoras debido a la excesiva influencia de las grandes empresas, políticas públicas excluyentes; entre otros. A diferencia del “optimismo” de Lagarde, la directora de Oxfam Winnie Byanyima señaló que esta explosión de multimillonarios no es una bonanza económica; sino la prueba irrefutable del fracaso del sistema. La directiva de Oxfam, demostró que con un impuesto global del 1,5 por ciento sobre la riqueza de los millonarios se podría financiar la escolarización de todos los niños en el orbe.

En tanto un sondeo de su organización reveló que 42 personas en la Tierra poseen la misma riqueza que los tres mil 700 millones de personas más pobres. Un ejemplo ilustrativo es el caso de En Estados Unidos, donde tres individuos tienen en su poder tanto como los 160 millones de habitantes más pobres de este país. Si bien el despegue económico percibido por el FMI impactó en esta minoría, el 50 por ciento de los habitantes del planeta no percibió beneficio alguno. Los países tomados como muestra: India, Nigeria, Estados Unidos, Reino Unido, México, Sudáfrica, España, Marruecos, Holanda y Dinamarca, manifestaron su inconformidad con el actual orden económico que no acaba de solucionar la brecha entre ricos y pobres.