EE.UU. exige detener las matanzas
Después del último tiroteo registrado en un colegio del sureño estado de Florida, en los Estados Unidos, disímiles figuras políticas y mediáticas de ese país instaron al presidente Donald Trump ejercer sobre el derecho a poseer y portar armas de fuego, un movimiento impulsado por jóvenes estudiantes que sienten amenazada su integridad asistiendo a la escuela.
Al respecto, Trump respondió que la proliferación de ataques con armas de fuego no tiene relación con una legislación sobre el control de armas, sino que el problema reside en la salud mental de los sospechosos. La tasa de homicidios con armas de fuego en Estados Unidos es 49 veces mayor que en otros países ricos, diversas voces como el senador demócrata Chris Murphy, al referirse a lo sucedido lo calificó como una ´´epidemia de masacres en masa ´´ responsabilizando a las autoridades por la pasividad ante las incesantes desdichas.
Periodistas y cantantes se han incorporado junto con los padres y estudiantes a los reclamos, como por ejemplo un periódico local bastante significativo, el New York Post, solicitaron al mandatario a realizar acciones para contener las matanzas. No obstante, el empresario Trump, a inicios de año, defendió el derecho a portar armas de todos los ciudadanos de su país, declarando que la prohibición de armas no era la solución para evitar este tipo de crímenes en la nación más poderosa del mundo. En cambio, opina que llevar armas de fuego contribuye a la seguridad debido a que ‘’ hay muchos ataques en los que solo los malos tienen armas’’, como si una cultura armamentística no interviniera en el uso irracional de estos dispositivos confeccionados exclusivamente para matar.
La Asociación Nacional del Rifle (NRA), es la principal defensora de la segunda enmienda de la Constitución, la cual establece que el ‘’derecho a poseer armas no será infringido’’ cada año se llenan los bolsillos con la venta de armas por parte de este poderoso grupo con influencia en la política local externa de los Estados Unidos.
Los repetidos eventos de este tipo deberían llamar la atención de la administración actual de este país, ya que es bastante necio pensar que la alta tasa de homicidios con armas de fuego en Estados Unidos se debe solamente al estado mental de los victimarios, cuando existe una ley que estimula estos comportamientos.
