¿Es necesario que Cuba tenga una sola moneda?
El 21 de diciembre el presidente de Cuba, Raúl Castro, afirmó que el tema de la unificación monetaria en la Isla les había tomado demasiado tiempo y que no podía dilatarse más su situación, la prensa cubana e internacional alumbro sus focos sobre la posibilidad de que la Mayor de las Antillas realizara el cambio antes de marzo, mes en que el gobernante deja el poder. El hecho de que en Cuba exista el CUP y el CUC, este último con un valor de 25 veces el primero, ha provocado que existan grandes distorsiones a nivel macroeconómico, y ha impedido por años que exista transparencia en los cálculos de los balances empresariales, así como también en las cuentas nacionales y en el propio presupuesto del Estado.
Raúl dijo también que más de 100 especialistas trabajan en un grupo interdisciplinar para acabar con la dualidad monetaria y que el cambio sea lo menos drástico posible, y sin afectar a los sectores estratégicos de la economía y al pueblo. El hecho de que en Cuba exista el CUP y el CUC, este último con un valor de 25 veces el primero, ha provocado que existan grandes distorsiones a nivel macroeconómico, y ha impedido por años que exista transparencia en los cálculos de los balances empresariales, así como también en las cuentas nacionales y en el propio presupuesto del Estado.
Los cambios se anunciaron desde octubre de 2013, cinco años después del comienzo del proceso de “actualización” de la economía cubana., aunque en ese momento no se precisó cuándo sería el final del cronograma, que terminaría con la vuelta al peso cubano, moneda oficial del país. Otro de los problemas que trae la dualidad monetaria está referido a que quedan diferenciados segmentos empresariales no sólo en cuanto al tipo de moneda para transacción sino también en cuanto a los mecanismos económicos utilizados, el acceso a financiamiento, la autonomía en las decisiones y el nivel de competitividad.
El hecho de la existencia de dos monedas falsea también la rentabilidad de una empresa o institución, pues los agentes exportadores muestran un ingreso subvalorado que posiblemente la obligue a demandar subsidios del presupuesto, aunque sí estén ingresando dinero real. Mientras tanto, algunas empresas con una alta proporción de insumos importados pueden resultar rentables cuando en realidad esconden subsidios implícitos a través del tipo de cambio sobrevaluado.
La doble moneda se traduce también en desigualdad social, lo cual no está acorde al modelo que plantea el país. Por norma, los CUC están en manos de quienes trabajan en el sector privado o tienen negocios propios, además, lo poseen quienes reciben remesas de familiares en el extranjero o quienes trabajan para firmas foráneas. Mientras tanto, el CUP es la moneda con que paga oficialmente el Estado, que es el principal empleador en la nación y que brinda un salario promedio de hasta 30 CUC al mes, a todas luces insuficiente.
Varias encuestas han demostrado que la misma población expresa su preocupación ante un aumento de la pobreza y la desigualdad en el país, acentuado en grupos que históricamente han estado en desventaja económica: personas de la tercera edad y de la zona oriental del país, así como la población negra, aunque cueste trabajo reconocerlo.
A todo lo anterior se suma que Cuba atraviesa una dura situación económica desde 2016, provocada, en buena medida, por la crisis económica de su principal socio, Venezuela, que es además abastecedor de petróleo a precios preferenciales. Igualmente la baja productividad es uno de los problemas internos que azota al país, además de la sucesión de eventos de carácter climatológico como el huracán Irma, en septiembre pasado.
Europa constituye un buen ejemplo a seguir por el gobierno cubano y sus economistas, dado que el bloque regional llevó a cabo la transición monetaria más grande del mundo, que determinó la circulación del euro en más de 25 países en un período de tiempo relativamente corto. De hecho, la Unión Europea brindó su asesoría a Cuba para que llevara adelante la transición.
