Jim Carrey sí conoce la venganza
El actor y humorista canadiense-estadounidense Jim Carrey cerró su cuenta en Facebook para mostrar su indignación por la supuesta injerencia rusa en las elecciones presidenciales estadounidenses del 2016 mediante esta red social de alcance casi global. «Vendo mis acciones de Facebook y borro mi página porque ustedes se beneficiaron de la interferencia rusa en nuestras elecciones y todavía no hacen lo suficiente para impedirla», tuiteó el conocido intérprete en Twitter, una de las mayor competencias en la actualidad. Y además, «animo al resto de los inversores que se preocupan por nuestro futuro a que hagan lo mismo que yo», añadió Jim.
Por otro lado, acompañó el polémico tuit de la etiqueta #unfriendfacebook (ya no eres mi amigo Facebook, en español) y una caricatura dibujada por el propio Carrey.
Ahora, según declaró el diputado de la Duma Estatal, Cámara Baja del Parlamento, de Rusia y vicepresidente del Comité de Política de Información, Alexandr Yúschenko, «el mundo estadounidense constituye un gran Hollywood», subrayando que la vida política en EE.UU. también se convirtió en esta compañía de cine, pero con un carácter político.
Y es que el tema de la injerencia rusa parece estar de moda.
«Creo que habrá películas estadounidenses sobre ello. En cuanto a los actores, estos tratan de crear una buena imagen», explicó. Por ejemplo en el caso de Carrey, la imagen de un buen cómico, adicionando «signos de exclamación» al asunto en cuestión.
Recodemos que el pasado año, Facebook confirmó que, en total, existen alrededor de 126 millones de usuarios de la red social que podrían haber visto el contenido de páginas creadas por la plataforma rusa Internet Research Agency, entre junio del 2015 y agosto del 2017.
A su vez, Moscú ha refutado, en repetidas oportunidades, esas acusaciones, que califica como absurdas e sin argumentos.
Sin embargo, volviendo a Jim Carrey no es la primera vez que este humorista se ve involucrado en cuestiones de este tipo ya que, en el pasado, realizó muchas declaraciones controversiales a los medios.
Una vez para criticar al gobierno de EE.UU. por permitir que las grandes corporaciones influyeran en el gobierno y las leyes y otra para exponer la ventaja monetaria de Big Pharma (industria farmacéutica estadounidense) sobre las políticas y las legislaciones.
Y es que Carrey cree que el gobierno no debería forzar las vacunas a sus ciudadanos ya que sabe que las vacunas tienen riesgos para la salud y que los riesgos no se han evaluado, ni informado de manera detallada.
