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sábado, 10 de marzo de 2018

Los errores más comunes que se realizan con el perfume

Por cuchita

El perfume se considera un producto cosmético sumamente antiguo. Las civilizaciones griegas y egipcias ya los utilizaban, otorgándoles a estas mezclas una serie de poderes curativos, románticos y afrodisíacos. De esta forma las fragancias se instalan en la actualidad como herencia, procurando la oportunidad de escoger el aroma que nos gusta, usarlo e incluso identificarnos con él.

No obstante muchas y muchos cometemos ciertos errores a la hora de utilizarlos y consérvalos en nuestros tocadores.

De acuerdo a los expertos en estos temas, si colocas la fragancia en tus muñecas y sucesivamente las frotas, estás incurriendo en un mal hábito, puesto que se calienta la zona en la que ha caído la esencia y por tanto modifica el cosmético. Al incrementar la temperatura de la piel se producen enzimas naturales que interactúan con el olor, transformando fundamentalmente las notas altas y medias de una esencia. Se considera que los que contienen base floral son los que más se transforman, por tanto lo recomendable es atomizar y esperar que el líquido sea absorbido.

Si, por ejemplo, te pones fragancia por la mañana y al paso de un tiempo, no lo notas, podría ser debido a que los olores, espolvoreados sobre la piel, no suelen durar demasiado, menos aún si cubrimos esa zona con ropa. Es mucho más efectivo gotear zonas que queden al aire como muñecas, cuello y la parte interior de los codos. Si te encuentras en un día de calor, se podrían elegir entonces esencias específicas para el cabello ya que según los especialistas la fibra capilar guarda el aroma de forma tenue y distinguida.

Por otra parte los técnicos especializados en estos cosméticos consideran que con el paso del tiempo, en estos productos se puede alterar sus características, principalmente si no se conservan en condiciones adecuadas, puesto que gran parte de sus ingredientes son sustancias que proceden directamente de la naturaleza y por tanto responden a cambios medioambientales. Por ejemplo, mucho calor puede desencadenar reacciones químicas e igualmente pueden sus ingredientes envejecer alterándolos. Lo ideal sería guardarlos en lugares frescos, secos y protegidos de la luz.

Según han explicado los especialistas: un frasco a medias que no consumas con mucha rapidez, es posible que se llene de oxígeno y descomponga moléculas, transformando el producto. Por lo que, en este sentido, es más factible comprar fragancias que vengan en frascos pequeños, haciendo apología al refrán popular de ‘Lo bueno viene en frasco chico’

Según expertos en estos temas, si colocas la fragancia en tus muñecas y sucesivamente las frotas, estás incurriendo en un mal hábito, puesto que se calienta la zona en la que ha caído la esencia y por tanto modifica el cosmético. Al incrementar la temperatura de la piel se producen enzimas naturales que interactúan con el olor, transformando fundamentalmente las notas altas y medias de una esencia. Se considera que los que contienen base floral son los que más se transforman, por tanto lo recomendable es atomizar y esperar que el líquido sea absorbido.

Si, por ejemplo, te pones fragancia por la mañana y al paso de un tiempo, no lo notas, podría ser debido a que los olores, espolvoreados sobre la piel, no suelen durar demasiado, menos aún si cubrimos esa zona con ropa. Es mucho más efectivo gotear zonas que queden al aire como muñecas, cuello y la parte interior de los codos. Si te encuentras en un día de calor, se podrían elegir entonces esencias específicas para el cabello ya que según los especialistas la fibra capilar guarda el aroma de forma tenue y distinguida.

Por otra parte los técnicos especializados en estos cosméticos consideran que con el paso del tiempo, en estos productos se puede alterar sus características, principalmente si no se conservan en condiciones adecuadas, puesto que gran parte de sus ingredientes son sustancias que proceden directamente de la naturaleza y por tanto responden a cambios medioambientales. Por ejemplo, mucho calor puede desencadenar reacciones químicas e igualmente pueden sus ingredientes envejecer alterándolos. Lo ideal sería guardarlos en lugares frescos, secos y protegidos de la luz.

Según han explicado los especialistas: un frasco a medias que no consumas con mucha rapidez, es posible que se llene de oxígeno y descomponga moléculas, transformando el producto. Por lo que, en este sentido, es más factible comprar fragancias que vengan en frascos pequeños, haciendo apología al refrán popular de ‘Lo bueno viene en frasco chico’.