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sábado, 31 de marzo de 2018

Mercurio no es tan único como se pensaba

Por Miss GD

Los científicos anhelan encontrar fuera de nuestro sistema solar mundos capaces de albergar vida al igual que la Tierra. Pero incluso los llamados exoplanetas en los que es muy poco probable o imposible que ésta se desarrolle resultan muy interesantes para entender cómo se forman los planetas en sentido general y en específico los de nuestro sistema solar.

Esto es lo que ha ocurrido con un pequeño planeta situado a unos 340 años luz. Su nombre es K2-229b y ha llamado particularmente la atención de los astrofísicos, sobre todo, por dos razones especiales: tiene un tamaño muy parecido al de la Tierra pero su composición es similar a la de nuestro Mercurio. Además, orbita una estrella, que es muy similar al Sol tanto en temperatura como edad.

En total, hasta ahora se han encontrado unos tres planetas alrededor de esta estrella. Según se detalla en un estudio publicado en la revista Nature Astronomy, K2-229b es el que se ubica más cerca de ella, mucho más próximo de lo que se encuentra Mercurio del Sol. Los datos revelan que el planeta tarda sólo 14 horas terrestres en dar una vuelta completa alrededor de su estrella. Su temperatura durante el día puede llegar a los 2.000 grados centígrados, mientras que en Mercurio las máximas no superan generalmente los 430ºC.

Según señalan los autores del estudio, este mundo rocoso muestra que los planetas más parecidos al pequeño Mercurio son mucho más comunes de lo que se pensaba hasta ahora.

En nuestro sistema solar existen cuatro planetas rocosos: la Tierra, Marte, Venus y Mercurio. Sin embargo, la composición del último, el más pequeño de todos, es bastante diferente al resto, pues es muy rico en metales. Así, mientras que Venus, la Tierra y Marte tienen de manera aproximada un 30% de núcleo metálico y un 70% de manto de silicatos, Mercurio tiene esos porcentajes invertidos, con un 70% de núcleo metálico y apenas un 30% de manto de silicatos.

Por qué estos mundos rocosos son tan diferentes entre sí continúa como una incógnita que intentarán esclarecer las futuras misiones como BepiColombo, una nave espacial europea que será lanzada a finales de este 2018 para investigar Mercurio. Los científicos ya han propuesto varias teorías para intentar encontrar una explicación de por qué es tan rico en metales. O bien el planeta se formó desde un inicio con esa composición tan peculiar, o bien ésta ha ido evolucionando poco a poco como consecuencia de la pérdida de parte de su manto.