Barcelona marcha por la liberación de los presos independentistas
El centro de Barcelona fue tomado este domingo por una multitudinaria marcha que recorrió las calles con la intención de exigir la liberación de nueve dirigentes secesionistas, a quienes la justicia española sancionó por «rebelión». Mientras el "presidente" de esta comunidad autónoma se halla "de vacaciones" en el exilio, los habitantes piden soluciones pacíficas a través del diálogo y no de la "justicia".
La Guardia Urbana barcelonesa ha contado unos 300 mil manifestantes que, además de buscar la libertad de los separatistas en prisión preventiva, demandan el regreso de los siete líderes separatistas exiliados en varios países de Europa.
Se trata de una protesta pacífica que ha alzado la voz bajo el lema «Por los derechos y las libertades, por la democracia y la cohesión, ¡los queremos en casa!» y responde a la convocatoria de la Mesa para la Democracia y la Convivencia, pues esta aglutina a entidades sindicales, sociales, políticas, culturales y deportivas. Los sindicatos principales españoles, la Unión General de Trabajadores (UGT) y Comisiones Obreras (CC.OO.), se sumaron a la convocatoria para la manifestación, por vez primera desde el estallido de la considerada la «peor crisis institucional» en España.
Las secciones catalanas de ambas organizaciones sindicales defendieron su asistencia a la movilización, ya que abogan por una solución de diálogo, y que no involucre a los tribunales en el diferendo de la comunidad autónoma y esplendorosa de 7,5 millones de habitantes.
La diatriba se tornó hormiguero cuando el Tribunal Supremo de España procesó a quienes, exige hoy la población, deben ser liberados.
Los cargos que se les imputaron fueron los de rebelión y/o malversación de fondos públicos, debido al papel protagónico que asumieron en la celebración de un referendo de autodeterminación con punto final en la unilateral declaración de independencia llevada a cabo el pasado 27 de octubre. Seis meses nos separan de aquel momento y los titulares sobre el presidente «holograma», «ausente» o como quiera llamársele, Charles Puidgemont, por demás exiliado, no cesan.
Ante esta situación que involucra el destino de Cataluña y el de España, Camil Ros, el secretario general de la UGT de Cataluña, asevera que “no es el momento de juicios ni de detenciones, sino de tender puentes y de buscar una solución”.
