El Parlament presentará una querella contra Llarena
El Parlament catalán ha decidido tramitar una querella contra el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena, bajo el delito de prevaricación, tras su negativa de no dejar salir de la cárcel a Jordi Sànchez para ser investido president de la Generalitat. Es la segunda ocasión que el magistrado veta la salida del diputado de Junts per Catalunya (JpC) para asistir a un debate de investidura.
Con los votos de JxCat y ERC, Llarena, que instruye el caso de los dirigentes secesionistas presos en Estremera y Soto del Real, quedó en manos de la Cámara. Al respecto su presidente Roger Torrent apuntó: “Nos corresponde defender a los diputados presos y en el exilio”.
Por su parte, Cs y PSC expresaron su negativa, pues puede que la querella no tenga viabilidad y no sea verdaderamente de interés público. Proponen que otras alternativas sean tomadas, como que el propio Jordi Sánchez o los grupos parlamentarios presenten el acto judicial.
Aunque los letrados de la Mesa no se consideran duchos en el derecho penal, les fueron encargados los servicios jurídicos de la querella, como iniciativa del bloque independentista. Concretamente, interpondrán contra el magistrado o magistrados de la Sala Penal del Tribunal Supremo “que resulten responsables de los hechos consistentes en la vulneración consciente y deliberada los derechos políticos fundamentales de los diputados del Parlament, y particularmente de los candidatos Jordi Sànchez y Jordi Turull”. Su argumento se basa en lo arbitrario e injusto de la decisión.
Paralelo a la querella, y por iniciativa de la representante de los Comunes, Marta Ribas, se elevará una queja formal al propio Tribunal Supremo.
Ante la diversidad de criterios e intereses inmiscuidos, algunas voces afirman que al sufragar dicho procedimiento con fondos del Parlament se podría incurrir en un delito de «malversación» de recursos públicos. La oposición le cataloga como una “querella temeraria e imprudente”.
De cualquier manera, ya sea que la querella traiga triunfo o derrota a los del bando de Torrent, la decisión de Llarena en si misma caldeó los ánimos de gran parte de los independentistas. Desde el interior del JpC se comenta de la posibilidad de una nueva convocatoria electoral en Cataluña.
En medio de toda esta nueva tensión, Roger Torrent es criticado por algunas voces dentro del propio Parlament por el uso «partidista» que hace de este tipo de eventos institucionales. Según alegan, su conducta alienta la «división» del Parlament en bandos.
