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sábado, 21 de abril de 2018

Los peligros de tomar el sol

Por Anitaa

El melanoma es el cáncer de piel y uno de los más agresivos. Se origina dentro de las células en la piel que es el órgano más grande del cuerpo a cargo de muchas funciones importantes como la de recubrir los órganos internos y ayudar a protegerlos de lesiones; actúa como barrera a los gérmenes y bacterias. Además, la piel evita la pérdida excesiva de agua y de otros líquidos, ayuda a controlar la temperatura corporal y a producir vitamina D, y nos protege de los rayos ultravioleta. 

Por eso, resulta totalmente imprescindible cuidarnos de padecer algún trastorno de este tipo. Y la prevención es la clave. El mayor cuidado que podemos tener hoy para nuestra piel es evitar exponernos demasiado a los rayos solares. Aunque el sol es fuente de luz y de vida, a la larga produce lesiones irreparables en nuestro organismo y sobre todo a la piel. Manchas, sequedad, además del cáncer son tan solo algunas de las consecuencias. Los médicos explican que el daño solar en la piel es acumulativo y hay que tener en cuenta, además, que el Astro Rey es el principal causante del envejecimiento de la piel. Por tanto, si queremos conservar una piel sana y bonita, sin manchas o arrugas, hay que cuidarla y no abusar de la exposición solar intencionada empezando, incluso desde la infancia. Algunos consejos para cuidarla deben comenzar por evitar estar al sol en las horas en que sus rayos inciden con más fuerza —entre las 10 de la mañana y las cuatro de la tarde—.

En segundo lugar, busquemos usar las prendas adecuadas. Las vestimentas de colores oscuros y de telas de tejidos ajustados tienen una capacidad de absorción de rayos ultravioletas mucho mayor que las telas de algodón y colores claros. Aunque no esté en la playa o en sitios de alta exposición, es imprescindible usar protector solar diariamente, especialmente que sea resistente al agua. Colócate una capa gruesa para garantizar una protección del 100 por ciento al menos 20 minutos antes de salir para dar tiempo a que la piel lo absorba. Cada dos horas repite el procedimiento o antes si has sudado mucho o entraste al agua en la playa. No olvides aplicarte debajo del mentón; esta zona es especialmente vulnerable a los rayos reflejados. Los labios también son una parte importante de nuestro cuerpo que necesitan protección por que pueden llegar a ser el germen de un cáncer de piel. Existen labiales especialmente diseñados para ello. Las sombrillas y los árboles no te protegen de los rayos que se reflejan en la arena, la nieve, el concreto y otras superficies, por tanto no son suficientes. Los rayos ultravioletas pueden penetrar en el agua muy fácilmente, por lo que el mar no constituye un escudo solar efectivo. Si el sol no está muy fuerte o el día está fresco y nublado, no estas exento de peligro. Los ultravioletas atraviesan las nubes y dañan tu piel. Incluso si sientes que el sol no está muy fuerte, toma precauciones. En inverno los vientos helados y la blancura de la nieve pueden ser una pésima combinación para tu piel. Por eso también es imprescindible el protector solar, la ropa adecuada y lentes de sol.