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jueves, 12 de abril de 2018

Un silbato feliz

Por Yordan

Corría el minuto 92 y todo indicaba que la Juventus se vestiría de Roma y el Real Madrid cambiaría su color blanco por el blaugrana. La pizarra gigante del Santiago Bernabéu informaba que el duelo estaba 3-0 a favor de los visitantes, lo cual significaba que la eliminatoria entre italianos y españoles iría a prórroga. Restaban 30 segundos de los 180 añadidos.

Ese era el panorama hasta el penal más polémico de los últimos años. Una pena máxima que será argumento por siempre, y será noticia por siempre, y será criticada por siempre, y será amada por los aficionados merengues… por siempre. Cuando el tiempo extra era algo seguro, un centro al segundo palo fue conectado por Cristiano Ronaldo hacia Lucas Vázquez, quien, solo, de frente al veterano portero Gianluigi Buffon, fue ¿derribado?, por el defensor Benatia. Y ahí se “armó la gorda”.

El árbitro sonó su silbato, señaló el punto penal y el Bernabéu cobró vida y Buffon se alteró como nunca y medio mundo alzó sus brazos porque era algo increíble. Algunos porque la pena máxima era la pomada china para curar la profunda herida provocada por los valientes italianos; otros porque entendieron que no era algo sensato señalar el manchón en el momento más inexacto entre todos los momentos inexactos que alguien podría reconocer.

Solo un árbitro decretaría un penal a esa altura del juego. Un penal que claro, “limpio”, no fue. Para cantar un penal a 30 segundos del pitido final, en Champions, con dos grandes batiéndose, en un partido enorme, hay que ver correr la sangre y si se quiere, tomarle el pulso al hombre y aun así, tocarlo varias veces para conocer si está consciente, o no. Si no responde, entonces, solo entonces, se debe marcar el penal

Sonó el silbato y como era de esperar, los italianos enfurecieron y la opinión pública enfureció, con razón. Hablamos de la decisión más polémica de los últimos cinco años aproximadamente. El resto de la historia es harto conocida: Cristiano Ronaldo anotó un penal en tiempo de descuento para reservar el lugar del Real Madrid en las semifinales de la Liga de Campeones después de perder el partido de vuelta por 3-1, pero ganando el empate 4-3 en el global.