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martes, 29 de mayo de 2018

La nueva tendencia: hacerle el amor a la naturaleza

Por Aisha

La infinitud del mundo de la sexualidad tiene puntos bien insospechados que a veces nos cuesta trabajo creer… Pero, en el mundo para que sea mundo… ya sabemos lo que viene. En cuanto a sexualidad conocemos de las filias y el fetichismo, de la transexualidad, homosexualidad, bisexualidad o heterosexualidad, de los vegasexuales o sexetariano que se denominan quienes no mantienen relaciones sexuales con alguien que coma animales. En fin, de todo…Ahora salta el término ecosexualidad que se denominan quienes: ¿hacen el amor al planeta?

 

Pues sí. Esas personas, dicen, tienen sexo no de forma carnal, sino gozando de los estímulos de la naturaleza con los cinco sentidos que estarán en plena comunión con la Madre Tierra y la pareja.

Y está claro que los gustos, preferencias, puntos de vista y deseos dependen de los valores, ideas y experiencias acumuladas durante años. La modernidad nos muestra y se inventa diversas corrientes en el plano sexual. Esta es una de ellas.

La tendencia de la ecosexualidad la definen los especialistas como una corriente compleja donde las sensaciones están enfocadas en la naturaleza y mezcladas con las relaciones sexuales humanas.

El pasto, la textura de troncos, la arena o las flores, su olor o el del bosque, el sonido de los pájaros o del vaivén de las olas, el sabor de exóticas frutas, puede provocarles sensaciones tan placenteras para llegar al orgasmo, incluso sin tocarse los genitales.

Y definen a la Tierra como su amante y no como su progenitora.

El término fue acuñado por las artistas estadounidenses Elizabeth Stephens y AnnieSprinkle en 2008, pero no fue hasta 2011 cuando redactaron el Manifiesto Ecosexual donde se declaran como “acuófilos, terrófilos, pirófilos y aerófilos. Abrazamos los árboles sin pudor, masajeamos la tierra con los pies y hablamos eróticamente a las plantas. Nadamos desnudos, somos adoradores del sol y observadores de las estrellas. Acariciamos las rocas, disfrutamos de las cascadas y a menudo admiramos las curvas de la Tierra. Hacemos el amor a la Tierra con nuestros sentidos”.

El manifiesto también expone el carácter de activismo ecológico del movimiento. "Salvaremos las montañas, las aguas y los cielos por todos los medios necesarios, especialmente a través del amor, la alegría y nuestro poder de seducción. Detendremos la violación, el abuso y el envenenamiento de la Tierra", declaran.

Incluso nos explican cómo mantener una relación íntima donde prevalezca el respeto al ecosistema y a la pareja.

Aconsejan que ducharse juntos es una buena forma de ahorrar agua e iniciar la actividad sexual.

Además hacer el amor con la luz apagada y, si se quiere ver a la pareja, usar velas hechas de cera de abeja y parafina o tener sexo durante el día.

Si se decide recurrir a afrodisíacos recomiendan los alimentos orgánicos, sin transgénicos, y también evitar las ostras, cuya comercialización contribuye a la sobreexplotación de los océanos. Los preservativos, lubricantes, la ropa y los juguetes sexuales deben ser biodegradables.

Los ecosexuales aconsejan una alimentación vegana porque, argumentan, eliminar la carne y lácteos de los hábitos alimenticios permite un mejor flujo sanguíneo a sus genitales. Las frutas como el melón, la fresa, la papaya, plátano o kiwi son estimulantes del sentido del paladar.

Y muy importante, el nudismo es uno de los pilares de la ecosexualidad como vía idónea para entrar en contacto con la naturaleza. Bañarse desnudos en un río o en el mar genera una deliciosa y placentera experiencia al sentir el contacto del agua con la piel y cuerpo.