Los petroleros brasileños marchan a la huelga
La Federación Única de los Petroleros (FUP) de Brasil anunció recientemente que persistirá en una huelga de carácter nacional contra la destrucción de la estatal Petrobras. Ellos cuentan con un respaldo de más del noventa por ciento de sus afiliados. Por lo tanto la batalla será dura y no se rendirán hasta lograr lo querido.
La realización de una consulta hacia los petroleros y los sindicatos de la FUP tuvo lugar los días 12 y 13 de mayo, aunque en Río Grande del Norte se extenderán todavía por esta semana, pues aquí la mayoría de los trabajadores con un noventa y ocho por ciento respaldaron la realización del paro.
Mientras en otros estados de la nación como Paraná y Paraíba el paro fue respaldado por el cien por ciento de los trabajadores. Por otra parte en Río Grande del Sur el respaldo fue de aproximadamente un noventa y ocho por ciento, en Santa Catarina de un noventa y seis y Minas Gerais él fue respaldado un noventa y cinco por ciento o más. Los indicadores más bajos con respecto a al apoyo se mostraron en Amazonas con un ochenta y dos por ciento, en Ceará con un ochenta y tres por ciento Espíritu Santo con un ochenta y cuatro por ciento. Aun así el respaldo estuvo por encima de la media con nivel muy alto de participación.
Mañana tendrá lugar Consejo Deliberativo en la ciudad Río de Janeiro, realizado por la FUP y sus sindicatos con el objetivo de evaluar la situación nacional de las asambleas con los trabajadores y entonces pode así definir lo siguiente a realizar para la construcción de la huelga, donde la fecha todavía no se tiene la fecha definida.
La situación de huelga e inestabilidad según señaló la federación de sindicalistas es después de que asumiera el mando de Petrobra , un gobierno golpista, lo que es decir el de Pedro Parente que ha creado grandes conflictos pues privatizó más de treinta activos de la empresa. El nuevo presidente entregó campos únicos del pré-sal, redes de gasoductos del Sudeste y del Nordeste, termoeléctricas, usinas de biocombustibles, distribuidoras de gas, entre otras valiosas acciones, que vendió a precios ínfimos.
Al mismo tiempo la Federación expresó un manifiesto en defensa de la soberanía de Lula da Silva, defiendo los valores democráticos de los cuales la elite brasileña estaba harto. Estos sindicalistas expresan que Brasil después de Dilma Roussef ya no es el mismo. Por lo tanto convocan a la clase trabajadora a unir se por sus derechos y luchar por la democracia.
