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lunes, 7 de mayo de 2018

Un deseo irresistible de mover las piernas

Por Anitaa

El síndrome de las piernas inquietas causa un deseo irresistible de mover sus piernas. Sus piernas se sienten incómodas cuando se acuesta o se sienta. Algunas personas lo describen como una sensación de que algo se arrastra o trepa por sus piernas, hormigueo o un ardor. El movimiento ayuda a sentirse mejor, pero no durante mucho tiempo. El síndrome de piernas inquietas puede ocasionar problemas para quedarse y permanecer dormido. 

 

En la mayoría de los casos, no hay una causa conocida de este síndrome. En otros, es producto de una enfermedad o un cuadro como la anemia o el embarazo. Algunas medicinas también pueden causar síndrome de piernas inquietas temporal. La cafeína, el tabaco y el alcohol pueden empeorar los síntomas.

Los cambios en el estilo de vida, como lo son los hábitos para dormir, las técnicas de relajación y el ejercicio moderado durante el día, pueden ser útiles. Si eso no funciona, las medicinas pueden reducir los síntomas del síndrome.

La mayoría de las personas con el síndrome también padecen una condición llamada síndrome de movimientos periódicos de las piernas. Este trastorno consiste en el movimiento descontrolado de las piernas de una persona, usualmente mientras duerme. Ambos síndromes también pueden afectar a los brazos.

Científicos estadounidenses mostraron en un estudio la relación entre el síndrome de piernas inquietas y una alteración estructural en el cerebro de quienes lo padecen, publica la revista Neurology.

Liderado por Byeong-Yeul Lee, el estudio revela que los pacientes con este trastorno presentan ciertos cambios estructurales en la corteza somato-sensorial, zona del cerebro en el que se procesan las sensaciones, cuya función es detectar los cambios que ocurren tanto dentro como fuera del organismo, por lo que ayuda a percibir el tacto, la temperatura, el dolor y el movimiento.

La investigación, llevada a cabo por científicos de la Universidad de Minnesota, involucró a 28 pacientes con síntomas graves de piernas inquietas, los cuales fueron diagnosticados un promedio de 13 años antes, y también a otras 51 personas de la misma edad, que no padecían este problema de salud.

Cada participante fue sometido a un escáner cerebral con imágenes de resonancia magnética para analizar sus cerebros, centrándose en la región somato-sensorial de la corteza cerebral.

De esta forma los científicos comprobaron que en los pacientes con síndrome de piernas inquietas, el grosor del tejido cerebral era un 7,5 por ciento inferior, en comparación con los participantes sanos.

Asimismo, los investigadores encontraron en las personas afectadas una disminución significativa en el área del cerebro, en el que se conecta a un lado con el otro mediante las fibras nerviosas.

Lee asegura que estas alteraciones confirman la relación existente entre los síntomas del síndrome de piernas inquietas y los cambios en el cerebro, lo cual constituye una nueva vía para comprender este trastorno de salud, y quizás ayude a desarrollar terapias para combatirlo.