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miércoles, 13 de junio de 2018

Atrapada por Fortnite

Por Elizabeth Almeida

Fortnite: Battle Royale tiene un planteamiento bastante sencillo: es un videojuego de disparos en tercera persona en el que se pueden construir diversas estructuras y trampas y cuyo objetivo principal es ser el último jugador vivo en un campo de batalla que se va reduciendo en tamaño a cada minuto que pasa. Funciona perfectamente con una descarga gratuita, aunque los desarrolladores del juego están generando importantes beneficios mediante compras durante el desarrollo de la trama.

 La parte oscura de la historia es las consecuencias que está trayendo para cientos de niños la especie de obsesión enfermiza que causa en los menores. El caso más reciente es el de una niña británica de nueve años que fue internada en rehabilitación por sus padres pues según describe el Mirror, se escapaba en horas de la noche para jugar, llegó a agredir a su padre cuando trató de quitarle la Xbox, se dormía en clase tras pasar noches enteras ante Fortnite y, el momento cumbre, no renunciaba al juego ni siquiera para ir al baño, así que se orinó encima.

Más de 40 millones de usuarios se han enganchado ya a Fortnite, y los expertos comienzan a alertar ya de sus efectos. Además de la adicción que provoca, que suma víctimas cada día y cada vez más entre los menores, existe también un cierto temor a que los niños desarrollen problemas mentales como resultado de una exposición bastante prolongada a los escenarios violentos que caracterizan al juego.

No teníamos idea de que el juego era tan adictivo, ni de que tendría estos efectos sobre su salud mental, confiesa Carol, la madre de la niña, y agrega que llevaron a la pequeña a terapia para combatir la adicción en el momento en que comenzó a aislarse y a mostrarse muy nerviosa y perturbada luego de jugar hasta 10 horas al día a Fortnite.

Carol y su marido Richard regalaron a su hija la consola Xbox en Navidad, pero no fue hasta el mes de marzo cuando se dieron cuenta de que se había convertido en un verdadero problema. Recibieron una notificación del colegio de que la pequeña se quedaba dormida en clases y que sus notas estaban bajando.

Cuando intentaron hablarlo con la niña, se puso agresiva, y ellos lo achacaron a la aparición de problemas hormonales típicos de la pubertad. Pero la cosa sólo fue empeorando con el tiempo. Antes muy deportista, la pequeña estaba siempre demasiado cansada para ir a entrenar o a sus clases particulares de ballet, y tampoco quería nunca acudir a la iglesia o a visitar al resto de la familia. Los padres descubrieron también pequeños cargos a su tarjeta de crédito a cuenta de Microsoft, y ella les explicó que eran los pagos que surgían a lo largo de Fortnite.

Fue entonces cuando decidieron poner fin al problema. Le quitaron la consola y ella respondió de manera violenta golpeando a su padre en la cara. Luego el esposo vio luz en su habitación por la noche y la encontró jugando a Fortnite sentada sobre un cojín empapado en orina. No se habían dado cuenta de hasta qué punto su hija había desarrollado una dependencia hacia el popular juego. Hace dos meses que la niña se encuentra en rehabilitación con un psicoterapeuta especialista en adicciones, y ya han recibido decenas de llamadas de padres seriamente preocupados por lo que, en palabras de la propia Carol, podría convertirse en una "epidemia".