La importancia de los gobiernos locales
Los debates acerca de los gobiernos locales y las diversas formas de propiciarles un progresivo fortalecimiento, cobran cada vez más importancia en la actualidad, al concebirse estos como un actor clave para generar desarrollo. Máximo cuando se trata de enfrentar los retos impuestos en América Latina por el continuo avance de los procesos globalizadores y liberales, por la crisis del Estado asistencialista y, entre otros aspectos, por la revalorización del espacio local para transformar la realidad social hacia mayores niveles de satisfacción.
Sin embargo, no ha sido esta la concepción que sobre los mismos se mantuvo hace treinta o cuarenta años atrás. Según Oszlak (1997) Fleury (1999) generalmente, los gobiernos locales se concebían sin una colmada autonomía para tomar decisiones, ya que su rol fundamental se centraba en cumplir y administrar las directrices de los gobiernos nacionales, el que diseñaba, planificaba e implementaba los asuntos del desarrollo, desde una perspectiva normativa y centralizada.
En el Congreso Mundial realizado en Toronto en 1993, la Unión Internacional de Autoridades Locales (IULA), proclama nuevamente la Declaración Mundial sobre la Autonomía Local, donde se reafirma que en el nivel local, es donde existen las mejores condiciones para la creación de una comunidad armónica en la que los ciudadanos puedan satisfacer su sentido de pertenencia. Por tanto, el gobierno local (parte integrante de la estructura nacional), se constituye como el nivel gubernamental ubicado en mejor posición para implementar una gestión de los asuntos públicos más efectiva y democrática, e integrar los procesos de toma de decisiones, en lo concerniente a las condiciones de vida del territorio y al uso de los conocimientos y capacidades para la promoción de desarrollo.
Por otro lado, adentrándose propiamente en los asuntos conceptuales sobre el gobierno local, se debe destacar, entre otras, la propuesta de la Carta Mundial del Gobierno Local Autónomo, la que asume el mismo como el derecho y la capacidad de las autoridades locales para, dentro del marco de la ley, regular y gestionar una parte sustancial de los asuntos públicos de su competencia, acorde con los intereses de la población.
Muchos autores coinciden en que tales gobiernos constituyen un elemento del sistema estatal, con determinado grado de autonomía en el ejercicio de las principales y múltiples funciones del Estado, ya sean de tipo ejecutivas, administrativas, fiscales, militares, legislativas, etc. De aquí una de las distinciones básicas entre Estado y gobierno. Dichos gobiernos resulta un ente dinámico que acoge las demandas de la comunidad, que moviliza recursos privados para adicionarlos a los propios y que, con el propósito de enfrentar los problemas del desarrollo, sella alianzas de acción con otros actores locales. Entendiéndose por actores locales, cualquier individuo, grupo u organización, cuya acción se desarrolla dentro de los límites de la sociedad local.
Hay que tomar en cuenta que los gobiernos locales tienen también la tarea de la lucha contra la pobreza, la contaminación ambiental, la exclusión social y, en general, una serie de principios que tienen una relación con el desarrollo local. Que tal vez en sus inicios los gobiernos locales no alcanzaron un papel protagónico, pero al final de cuentas han tomado un papel importante en el fortalecimiento de las iniciativas de los ciudadanos para llevar acabo el desarrollo local.
