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viernes, 29 de junio de 2018

Una nueva esperanza: para evitar las recaídas con el cáncer

Por G_nkerbell

Indetectables y resistentes a los tratamientos que conocemos contra el cáncer. Así son las células culpables de que un paciente que se considere completamente curado vuelva a ingresar al hospital con un nuevo tumor. Estas células permanecen ocultas y dormidas durante meses e períodos más extensos de varios años, hasta que al final salen a la luz con toda su carga activa.

Un equipo de investigadores del Vall d'Hebron Instituto de Oncología, VHIO, descubrió recientemente una diana terapéutica que podría ayudar a eliminar de una vez estos residuos y, por lo tanto, evitar la tan temida recaída.

La clave se encuentra en el factor epigenético TET2, que, según explica el principal autor del trabajo, actúa como el director de una orquesta, forzando a las células tumorales adesactivarse momentáneamente, preservando su potencial maligno.

Durante su period de 'hibernación', no se multiplican, no proliferan, pero si pueden ir dispersándose por distintos rincones del organismo, hasta que en un momento determinado, por causas que todavía se desconocen, despiertan para regenerar el tumor original e incluso se trasladan a nuevos órganos, lo que se conoce en medicina como metástasis.

Tras 10 largos años de estudio sobre los complejos mecanismos de esta latencia en el Grupo de Células Madre y Cáncer del VHIO, se ha demostrado en modelos animales que inhibiendo el llamado factor TET2, las células latentes se mueren en unos 19 tipos de cáncer diferentes, entre otros el glioblastoma, el melanoma, tumores renales y de hígado.

Hallado por fin el punto débil de las temidas recaídas del cáncer, el objetivo ahora es crear el diseño de un fármaco que sea capaz de bloquear la actividad encimática TET2 para eliminar así las células latentes. De hecho, según asegura el investigador, ya cuentan con un panel de moléculas que lo inhiben y se está trabajando en la selección de las mejores para potenciarlas, comprobar que no son tóxicas al organism y de aquí a unos cinco años comenzar los ensayos clínicos con ellas.

La idea es que, en combinación con los tratamientos que ya se emplean, se trate el cancer con mayor profundidad y que el paciente no vuelva nunca más al hospital. En palabras del investigador, para los pacientes es muy importante confiar en que los tratamientos darán resultados y que, en el caso de una buena respuesta, la enfermedad no volverá a aparecer. Sin embargo, hasta la fecha esta es una promesa que no se puede hacer. Esta situación genera a los pacientes angustia, pensando que pueden recaer en un futuro, un peso realmente difícil de llevar tanto para ellos como para sus familias.