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martes, 20 de junio de 2017

La casa del futuro es una realidad

Por Miguel Darío García

¿Quién quiere tener la mejor casa del mundo? Una pregunta un poco retórica porque en realidad todos deseamos un buen hogar adaptado a nuestras necesidades. Quizá todos quisiéramos tener la mejor casa del mundo, amplia, iluminada, con los mejores prestaciones, con todas las comodidades y ventajas posibles. Cuando hemos dejado volar la imaginación nos hemos instalado por unos momentos en una casa súper moderna, incluso futurista, en donde con solo quererlo se enciendan las luces, se corran las cortinas y se ejecuten otras acciones sin tener que tomarnos dicha molestia. Pero en la realidad nos parece que este sueño está distante.

Durante nuestra vida agitada, estresante y convulsa nos pasamos las horas repartidas entre muchos lugares: el trabajo, la universidad, el supermercado, los paseos, el cine, entre otras distracciones y, por supuesto, la casa tiene un lugar preponderante en esa lista. ¡Ah, la casa! Es un lugar muy especial para nosotros porque en ella descansamos, nos alimentamos, nos aseamos, arreglamos, amamos, odiamos, en fin, en donde realmente vivimos.

¿Quién quiere tener la mejor casa del mundo? Una pregunta un poco retórica porque en realidad todos deseamos un buen hogar adaptado a nuestras necesidades. Quizá todos quisiéramos tener la mejor casa del mundo, amplia, iluminada, con los mejores prestaciones, con todas las comodidades y ventajas posibles. Cuando hemos dejado volar la imaginación nos hemos instalado por unos momentos en una casa súper moderna, incluso futurista, en donde con solo quererlo se enciendan las luces, se corran las cortinas y se ejecuten otras acciones sin tener que tomarnos dicha molestia. Pero en la realidad nos parece que este sueño está distante.

Sin embargo, qué lejanos estamos de aceptar que este tipo de casas, las casas del futuro, han comenzado a ser una realidad. A pesar de no estar económicamente a nuestro alcance, la casa inteligente ya está presente en el mundo actual: paredes que escuchan y ejecutan las órdenes dadas por el dueño, sistemas que detectan la presencia y ponen en marcha los climatizadores o la luz, un ordenador central a modo de mayordomo que gobierna la casa, llama al fontanero o al electricista cuando es necesario, etc. Éstas y otras muchas posibilidades son ya realidad.

Para quienes aún están incrédulos, bastará con que visiten páginas de Internet que les ayudarán a ver un poco más cercana esa realidad. Y para los escépticos, ha salido a la luz pública la descripción de la casa de Bill Gates, uno de los mejores ejemplos de la presencia de esta tecnología futurista, edificada a un costo de 53 millones de dólares, junto a un lago.

La vivienda está completamente cableada en fibra óptica, consta de cuatro habitaciones con pantallas táctiles para controlar la iluminación, la música y la climatización, teatro, oficinas, embarcadero, garaje para 14 coches, piscina, casa de invitados, sala de conferencias y un estuario artificial en el que Bill Gates se dedica a criar salmones.

La casa del futuro probablemente sea una completa alucinación, pero llegará a popularizarse a mediano plazo, y vendrá equipada con todos los recursos multimedia, será una construcción de vanguardia en la que se habrá empleado la mejor ingeniería para el hogar y es muy probable que deba inventarse un nuevo término para poder nombrar a tanto lujo y tanto confort juntos.