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viernes, 16 de junio de 2017

“Seré Presidenta alejada de las cúpulas y las castas"

Por Gustav98

La política en Colombia comienza a tomar aires electorales. El próximo año se desarrollarán las elecciones presidenciales y es evidente la llegada de otro inquilino a la sede del ejecutivo, pues el actual presidente Juan Manuel Santos no se puede reelegir. En días recientes, una de las figuras políticas más relevantes de la nación sudamericana ha hecho importantes declaraciones que permiten anunciar un proceso electoral cargado de novedades; nos referimos a la ex senadora Piedad Córdoba, defensora de los derechos de la mujer y las minorías. La conocida política fue prisionera de las guerrillas y luego de su reincorporación a la vida política, en 2010 fue separada de su cargo de senadora por supuestos vínculos con los movimientos rebeldes.

La exsenadora colombiana Piedad Córdoba anunció nuevamente su postulación para las elecciones presidenciales de 2018. Para ello comenzará una recolección de firmas con el objetivo de presentarse en la categoría de grupo significativo de ciudadanos. En este sentido, muchos son los voluntarios que se han sumado a lo que sería la campaña electoral de la candidata.

Sobre sus propuestas para la administración en su cuenta de twitter escribió: “Me presento con un proyecto de base, de la gente, de colombianos de a pie. Seré Presidenta alejada de las cúpulas y las castas"

La carrera política de Piedad Córdoba ha estado marcada por su militancia en el partido liberal y por ser líder del movimiento Poder Ciudadano del Siglo XXI. Su labor en el Congreso colombiano estuvo relacionada con temas sensibles como los derechos de las mujeres, las minorías étnicas y sexuales. De igual forma, ha abogado por el proceso de paz entre el gobierno y las FARC-EP. En ese sentido, en el año 2010, fue destituida del cargo de senadora, el cual ocupaba desde 1994, e inhabilitada de ocupar cargos públicos por presuntas relaciones con la guerrilla. Sin embargo, luego de un largo proceso judicial, en el año 2016 la sanción fue levantada y hoy Córdoba se encuentra en disposición de volver a los puestos políticos.

Según sus propias palabras, la candidatura no será impulsada por los movimientos políticos tradicionales, sino que la exsenadora espera el apoyo de gran parte de la población directamente. Los ejes de su programa son el incremento del empleo, mejoras en la atención sanitaria y el transporte, la batalla en contra de la corrupción y la inseguridad ciudadana, la subida de los salarios, en fin, la solución a una serie de problemas sociales que afectan la vida del país.

Sobre su relación con las FARC-EP y ante la posibilidad de que se cree un nuevo partido, la candidata expresó que se encuentra ajena a las aspiraciones políticas de las FARC, pero sí desea llegar a un entendimiento que beneficie a los ciudadanos. Ha argumentado, además, que se encuentra enfocada en buscar el apoyo de la población y construir una propuesta que represente el verdadero interés de los más explotados de la sociedad.

Con relación a lo que espera le depare el futuro en la contienda presidencial, Córdoba ha explicado que transcurre un período de cambios, donde no hay cabida para las viejas políticas, además de que se ha perdido la legitimidad de la clase dominante que se encuentra en el poder en Colombia.

A pesar de que las propuestas que trae la exsenadora significarían un nuevo período de bienestar para el pueblo colombiano, no podemos olvidar que en América Latina se está teniendo lugar un proceso de resurgimiento de las derechas, donde los movimientos de izquierda son silenciados cada vez con mayor fuerza. En este sentido, aunque Córdoba logre reunir un gran apoyo popular va a recibir un gran freno por parte de las fuerzas más reaccionarias y por parte de la clase económica que se vea afectada, tanto interna como externa. Habría que esperar entonces, el curso de los acontecimientos, para saber hasta dónde estaría dispuesta a llegar la candidata y hasta dónde estarían dispuestos a ceder los dueños del capital nacional y extranjero, así como países con grandes intereses en la región como los Estados Unidos.