A Trump se le agotó la paciencia
El magnate-presidente de los Estados Unidos, Donald Trump no abandona los titulares. Su más reciente “show” tiene como espectador principal a Corea del Norte, país al que ha declarado, en rueda de prensa junto a su homólogo surcoreano Moon Jae In, que la “paciencia” se ha acabado. Con estas afirmaciones Trump sepulta— así como ya nos trae acostumbrados en relación a las políticas de su anterior predecesor— la era de la “paciencia estratégica” con esta nación que defendió y abanderó Barack Obama durante su presidencia y no ha dudado en prometer, a modo de ultimátum, que responderá a Pyongyang "con determinación" por sus ensayos armamentísticos.
Para ser más explícito, el showman del traje gris ha traído al debate a Japón y Corea del sur, países con los que afirma su administración ya trabaja “estrechamente”, en la elaboración de una serie de medidas diplomáticas, económicas y de seguridad, que “buscan” proteger tanto a los “aliados” como a los ciudadanos de esa “amenaza” que se gesta bajo el nombre de Corea del Norte.
Y en esa misma cuerda, Trump anunció junto a Moon Jae In un plan “integral y por fases” para emprender la desnuclearización de Corea del Norte, a cuyo gobierno ha pedido que “elijan un camino mejor para aliviar el sufrimiento del pueblo coreano”. El mandatario estadounidense recibió este viernes a Moon en el Salón Oval de la Casa Blanca, entre otras cosas y con particular peso en esta última, para discutir las tensiones con Corea del Norte a punto de partida de sus ensayos de misiles y la continuidad de su programa nuclear.
Antes del inicio de la reunión, que sesionó a puertas cerradas, durante una rápida declaración a la prensa, Trump refirió que había "muchas opciones" abiertas respecto a Corea del Norte. Sin embargo, sus declaraciones posteriores hablan de que la “paciencia” que han tenido es una estrategia fracasada.
La intención de Moon de buscar en Washington apoyo a su intención de lograr algún tipo de aproximación entre Seúl y Pyongyang, para lo cual tiene en agenda reuniones con varios legisladores, no parece estar en tierra firme. No se vislumbran concesiones, y en cambio, Trump desprecia las “esperanzas” de una ayuda de China para controlar a Corea del Norte. En cambio, acepta “amablemente” la incitación de Moon para visitar Seúl “este año”.
Mientras el presidente surcoreano no deja caer ninguna pista sobre la posibilidad de renegociar el acuerdo comercial bilateral que entró en vigor en 2012, Trump, aseguró que ambas naciones negociarán un nuevo acuerdo comercial sobre bases "justas" e "igualitarias", que den solución a las preocupaciones de Washington respecto al desequilibrio en la balanza comercial, así como el comercio de acero y automóviles.
Comienza, se supone, el conteo regresivo. Al final, veremos si no es el mundo el que, a Trump, le pierde la paciencia.
