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lunes, 3 de julio de 2017

El beso eterno de Messi a Antonella

Por Yordan

Lionel Messi es un hombre casado, además de un jugador tremendo y codiciado. Es genio y figura y tiene esposa, una hermosa mujer llamada Antonella Roccuzzo. El pasado viernes tuvo lugar la bien llamada boda del siglo en Rosario, ciudad natal del jugador del FC Barcelona. No podía ser de otra manera, a uno de los mejores exponentes del fútbol mundial de la centuria, también le tocaba dar el sí en un programa pleno de bombos y platillos y ante la cercana mirada de sus mejores amigos, de sus familiares y con la atención de los grandes medios informativos del planeta.

Rosario, territorio localizado a unos 300 kilómetros al norte de Buenos Aires, se vistió de frac para unir ante los ojos de Dios a Lionel y a Antonella, padres de los pequeños Thiago (4) y Mateo (1). Cuentan que 260 invitados especiales observaron como la hermosa pareja firmó y posó con su libreta de matrimonio civil, delante del director regional del Registro Civil, Gonzalo Carrillo Herrera, en el lujoso hotel City Center.

Y estuvieron presentes sus compañeros del Barcelona y de la selección. También estuvo, después de tanta polémica, la cantante colombiana Shakira con su pareja Gerard Piqué. Igualmente pasaron y posaron en la alfombra roja los sudamericanos Neymar Jr. y Luis Suárez y los españoles Carles Puyol y  Xavi Hernández, así como los argentinos Sergio Agüero y Javier Mascherano.

No se ausentaron y disfrutaron de la velada, que fue seguida de cerca por alrededor de unos 150 periodistas acreditados, Maxi Rodríguez, Gonzalo Higuaín, Ángel Di María, Marcos Rojo, Mariano Andújar y Pablo Zabaleta, entre otros jugadores. Fue una noche de alegría, de cumplimientos de deberes, de satisfacción. El padre de “Lio” mencionó que este era el partido más importante de su hijo.

Y no importa que haya perdido galones para disputar en este 2017 el Balón de Oro. Que las credenciales para luchar por el trofeo no sean suficientes como ha sido lo común, no, hay cosas más importante y el “sí, quiero” de este 30 de junio es suficiente para festejar en grande, para pedir salud, prosperidad, felicidad y goles, muchos goles, porque, quieran o no, Messi nació para patear el balón, para anotar, para jugar fútbol, y eso, quieran o no, todos debemos reconocerlo.

La boda fue realizada apenas unos días después de que el “10” alcanzara los 30 años de vida. Un momento especial –la boda- que guardará en su memoria toda la vida, como cuando fue campeón mundial en categorías inferiores con su Argentina, o monarca olímpico en Beijing 2008, o tras cada gol que dedica a su fallecida abuela, o los trofeos alzados con su club de siempre. O cuando vio nacer a sus pequeños, o los vio sonreír, o les escuchó decir papá. Sí, fue un día, una noche especial para Messi y los suyos, para Antonella, mujer, madre, confidente, amiga de siempre. Dos personas que se aman, y lo han demostrado, que se apoyan, que se miman, que se extrañan… Dos seres humanos que se unieron para vivir toda una vida junta, en los momentos malos y buenos, en la tristeza, en la felicidad, en las victorias y en las derrotas. Juntos eternamente…