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jueves, 13 de julio de 2017

El futuro de Brasil podría cambiar en cualquier momento

Por DesdeCuba

Tras una denuncia del fiscal general de Brasil, Michel Temer se convierte en el primer mandatario de la historia del país en ser formalmente inculpado por corrupción. Esta denuncia puede dar inicio a la apertura de un proceso ante la Corte Suprema. Sin embargo, Temer tiene un elemento a su favor: la denuncia debe ser respaldada con anterioridad, por dos tercios de la Cámara de Diputados, donde el Jefe de Estado cuenta con una “mayoría salvadora”. Por otra parte, el Partido de los Trabajadores, tiene un nuevo directorio nacional que no solo velará por la salida de Michel Temer, sino por el freno de las reformas emprendidas por su gobierno, así como porque sea el pueblo quien elija a su presidente en las urnas.

Fueron numerosas las críticas al presidente brasileño Michel Temer. Y no estaban equivocadas, pues este ha sido el primer mandatario de la historia del país en ser formalmente inculpado por corrupción. El Jefe de Estado fue denunciado por el fiscal general de Brasil por corrupción pasiva. Entraba así en la historia, no solo por sus malogradas medidas, sino por corrupto.

Según el pedido de de acusación difundido por el Supremo Tribunal Federal (STF), “entre los meses de marzo y abril de 2017, con voluntad libre y consciente, el Presidente de la República, Michel Miguel Temer Lulia, valiéndose de su condición de jefe del Poder Ejecutivo (...) recibió para sí (...) una ventaja indebida de 500.000 reales (150.000 dólares) de uno de los dueños del gigante cárnico JBS, Joesley Batista”.

El proceso fue facilitado por Rodrigo Rocha Loures, quien era estrecho asesor del mandatario y además, diputado. Este personaje actualmente está en prisión, lo que refuerza la validez de la acusación a Temer.

Esta denuncia puede dar inicio a la apertura de un proceso ante la Corte Suprema, que podría separar al presidente de su cargo, el que no ha “disfrutado” lo suficiente, pues solo hace algo más de un año de su investida. Sin embargo, Temer tiene un elemento a su favor: la denuncia debe ser respaldada con anterioridad, por dos tercios de la Cámara de Diputados, donde el Jefe de Estado cuenta con una “mayoría salvadora”.

La Presidencia de la República señaló que no habrá pronunciamientos del mandatario sobre lo que se le inculpa, que incluye, además de corrupción, organización criminal y obstrucción a la justicia.

Si Temer fuera separado de su cargo, la Constitución establece que el Congreso tiene un plazo de 30 días para elegir al nuevo presidente, que completaría el mandato hasta fines de 2018.

Por otra parte, el Partido de los Trabajadores, tiene un nuevo directorio nacional que no solo velará por la salida de Michel Temer, sino por el freno de las reformas emprendidas por su gobierno, así como porque sea el pueblo quien elija a su presidente en las urnas.

La nueva presidenta del Partido es Gleisi Hoffmann, quien a decir de Luis Inácio Lula da Silva, imprimirá una nueva forma de hacer discursos. El exmandatario vaticinó que la nueva presidenta del PT será una grata sorpresa para el Partido.

Durante la ceremonia, Lula da Silva, quien ha estado al tanto de todos los acontecimientos que han ocurrido en el país, remarcó la necesidad histórica de las fuerzas de izquierda de agruparse. Además, señaló que el Partido de los Trabajadores de Brasil tiene la obligación moral, política y ética de orientar al pueblo sobre la ruta más eficaz para la recuperación económica, social e internacional.

Temer ha demostrado la ineficiencia de su gobierno, el cual asumió desde un comienza mediante tácticas políticas que socavaron la democracia e integridad política del gigante del Sur. Además, el pueblo brasileño no debería confiar en un presidente corrupto. Ante esta situación, el Partido de los Trabajadores se erige como la fuerza más propicia para que la situación en Brasil cambie favorablemente.