Exfoliar la piel, una forma de mantenerla saludable
El no usar y tomar las medidas adecuada y el consumo de sustancias toxicas como el cigarro y el alcohol presenta graves consecuencias sobre la belleza de nuestra piel. Con el paso de los años la piel como es natural va perdiendo flacidez, lo cierto es que no existe una manera de evitarlo pero si de como retrasarlo. Existen varios elementos que se deben evitar para que la piel y principalmente la de nuestro rostro, escote y pecho no se envejezca tan rápido. Se dice que esta zona del rostro es la que más rápido envejece y a la que más atención se le debería prestar.
Para ello muchas personas aconsejan exfoliarse la piel de manera tal que se puedan ir retirando las células muertas y aquellos puntos negros que tanto odiamos. Pero si tomamos la decisión de exfoliarnos nuestro cuerpo hay que seguir una serie de consejos para realizar esta actividad de manera adecuada. Son muchos los casos de mujeres principalmente que desconocen cómo se realiza este proceso y los resultados son inesperados y no deseados.
En un primer momento se debe conocer que exfoliante es el adecuado para nuestro tipo de piel. No todos los exfoliantes son iguales y mucho menos las pieles. Las mascarillas que contienen gránulo grueso son utilizadas para las zonas del cuerpo extensas, o sea la espalda, incluso se puede aplicar para aquellas zonas del cuerpo que posean mayor aspereza, tal es el caso de los codos, las rodillas y los calcañales. Las cremas exfoliantes con ausencia de gránulos humedecen y por tanto humectan la piel, convirtiéndolas en un producto atractivo para pieles sensitivas o sensibles como es el caso del rostro. Sin embargo el gel que presenta una textura granulosa se usa para la exfoliación de todo el cuerpo.
Otro de los aspectos fundamentales es la elección de la herramienta a usar para llevar a cabo el proceso y hacerlo efectivo. Hay quienes dicen que prefieren usar el tratamiento con una esponja vegetal y otros con un cepillo de nylon. Estos utensilios benefician el proceso de exfoliación, pues ayudan a que los poros no se tapen, previniendo y combatiendo la celulitis. Además, se dice que son un vivificante sanguíneo, pues relajan y abrillantan la piel por su efecto exfoliante natural. Es necesario tener en cuenta que este tratamiento debe realizarse antes de darnos una ducha.
Para realizar una correcta exfoliación y no dañar nuestra piel es necesario hacerlo humedeciendo toda la superficie. Un buen consejo es realizar un masaje en forma de círculos y sobre todo hay que evitar las zonas muy sensibles. Si conoces las características de tu tipo de piel, la frecuencia de este tratamiento va en dependencia de tus características, por ejemplo si es grasosa, se puede realizar de dos o tres veces por semana; si es seca o delicada, alcanzará con una sola vez.
Es importante secar la piel con una toalla de felpa muy suave y sin restregarnos, solo nos damos pequeños toquecitos de manera muy sutil. Hacer esto es como una otra exfoliación por la fricción, lo cual puede irritar y dañar la piel. Por tanto la una manera correcta es dando ligeros toques en todo tu cuerpo. Imprescindible es el uso de toalla limpia y seca.
Para finalizar este tratamiento es importante sellar a piel con la aplicación de una crema hidratante o un aceite corporal. Este paso te ayudará a que cierren los poros, aportándole vigor y claridad, además de la infiltración que necesita para estar protegida y saludable.
En el caso que no podamos darnos el lujo, de gastar en este tipo de tratamiento, existe otras vías para la exfoliación de nuestra piel, como es el caso de la azúcar prieta y la miel. Estos dos productos juntos realizan el mismo efecto que los tratamientos de exfoliación y son productos que tenemos en el hogar y podemos utilizar para el cuidado y mantenimiento de nuestra piel.
