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sábado, 15 de julio de 2017

La foto que no pasó buena factura a Kim Kardashian

Por ElizabethF.

A la “estrella” de las redes no le dan literalmente respiro. Kim Kardashian no hace o publica nada en sus cuentas de instagram y Snapchat que no sea luego blanco de, mínimo, un fuego abierto cuestionador de sus fans y los que no lo son tanto. Como diría el adagio de la abuela: con amigos como esos, para qué quiero enemigos. Con 36 años, la más reciente polémica en la que se ve envuelta la “reina del reality” es cosa más seria. Honestamente, creo que a sus “malas amistades” esta vez se les pasó la mano. Todo pasó cuando Kim compartió en sus cuentas varios videos para hablar sobre Kids Supply, la línea de ropa que junto a su esposo Kanye West, la famosa lanzó al mercado. Solo que las “prendas de vestir” terminaron no siendo el centro de atención, porque algunos de sus seguidores echaron a un lado el contenido real del video para “cargar con todo” hacia una sustancia de polvo blanco que notaron aparecía en el fondo tras la estrella.

La avalancha del “Ohhhhh @KimKardashian atrapada con cocaína” no se hizo esperar en Twitter, como tampoco la respuesta inmediata de la acusada, quien dejó claro que “no jugaba” con rumores de esta naturaleza, por lo cual los iba “a desmentir” con rapidez.

El polvo blanco no era más que “azúcar” de “nuestro desastre de la tienda de carameros de dylan”, tuiteó la artista, quien se ha caracterizado por haber sido siempre muy clara en cuanto a que ella no consume drogas y son contadas las ocasiones en que bebe.

Lo dejó tácitamente dicho la vez que tuvo que “enfrentar” a sus mismas malas amistades para defender sus selfies al desnudo, alegando que “no entendía” por qué la gente se molestaba tanto con lo que otras personas decidían hacer con sus vidas: “Yo no consumo drogas, difícilmente bebo, y nunca he cometido un crimen, ¿y aun así soy un mal ejemplo a seguir por estar orgullosa de mi cuerpo?", se cuestionaba la también empresaria.

El video de la “confusión” muestra a  Kim hablando a la cámara mientras detrás  de ella, en una mesa oscura, parecen verse dos líneas blancas. Rato más tarde, la artista volvió a la cuenta de Snapchat para mostrar la mesa de mármol, y las rayas resultaron ser dos manchas, ni siquiera azúcar.

La verdad, cualquier detalle, ya sea a qué se dedica, o los “retoques” de los que constantemente se le acusa, siempre van a aparecer. Lo mismo a su figura, o a otros asuntos de su vida pública o privada. Es lo que pasa con los famosos. La cuestión es saber elegir a qué le dedicamos el tiempo de "molestarnos".

Les explico. La anterior polémica en que se vio envuelta la reina del reality necesitó apenas tres horas para configurarse. El mismo tiempo que le tomó a la línea de maquillaje que lleva su nombre, agotarse y generarle a Kim unos 14.4 millones de dólares en ingresos. KKW Beauty sacó esta vez al mercado  unos kits de maquillaje contour (productos que se utilizan para redefinir el rostro) por un precio de 48 dólares, y voló como pólvora.

El detalle viene, como ya estamos acostumrados, de mano de su imagen, cuando la más famosa del clan Kardashian subió a Instagram instantáneas en las que lucía un tono de piel más oscuro de lo habitual. Y sus "malas amistades", esos fantásticos haters que a ella le sobran, no se hicieron esperar, y la acusaron de hacer blackface, una práctica que constituye sinónimo de racismo para cualquier afoamericano; y consistente en usar un maquillaje similar al que utilizan personas de diferente etnia para interpretar a personajes negros, al estilo del cine de las  primeras décadas del siglo XX.

Su respuesta no demoró, y Kim declaró tácitamente a  The New York Times que jamás había sido su intención ofender a nadie. Asegura que ella estaba realmente bronceada cuando realizó la sesión fotográfica; cuyas imágenes incluso fueron mostradas a mucha gente de la industria, sin que resultaran especialmente llamativas a nadie por el tono de pie de la artista, y ni siquiera se mencionó algo al respecto, dijo.

No es que no sea necesario cuidar detalles. Pero a veces asusta la superficialidad. Incluso Kim Kardashian debe tener cosas más serias de qué preocuparse que no incluyan "celulitis”, “maquillaje”, o tener que andarse explicando cualquier detalle que a alguien le parezca "material explosivo” de críticas. Por otra parte, un debate serio sobre el racismo o las drogas, que ojalá ocurriese, escapa a cuestiones tan livianas.