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martes, 11 de julio de 2017

La obesidad al acecho de la humanidad

Por Gustav98

La obesidad es una de las enfermedades más comunes en la actualidad, sobre todo en los países desarrollados. Los malos hábitos alimentarios se han extendido al mismo ritmo que la industria de Fast Food. Un estudio llevado a cabo demuestra que alrededor de 900.000 personas en Gran Bretaña solicitan subsidios estatales por obesidad. Este gran número de personas se encuentra actualmente fuera del mercado laboral. Esto representa una amenaza para la economía nacional, pues la falta de estas personas en el mercado laboral tiene un impacto negativo en el crecimiento económico. La situación se torna aún más compleja al analizar el crecimiento de las estadísticas de la obesidad infantil, el cual se ha disparado en las últimas décadas.

Los especialistas señalan que, el agitado estilo de vida que actualmente lleva la mayoría de la población de estos países, genera altos niveles de estrés y ansiedad, lo cuales desembocan en obesidad. Recientemente, investigadores del Reino Unido hicieron sonar las alarmas sobre el tema en ese país europeo.

El estudio llevado a cabo demuestra que alrededor de 900.000 personas en Gran Bretaña solicitan subsidios estatales por obesidad. La alarmante cifra supera varias veces los registros del gobierno que detallan solamente 160.000 solicitantes. Según la investigadora Dame Carol Black, directora de Newnham Collage, en Cambridge, los formularios del gobierno inducen a estos errores, pues solo puedes alegar una causa para pedir el subsidio. Por tanto, es de suponer que pacientes subsidiados por diabetes y problemas cardiovasculares, tengan una elevada probabilidad de ser obesos.

Lo cierto es que este gran número de personas se encuentra actualmente fuera del mercado laboral. Quizás en estos momentos puede alegarse que el número es ínfimo con respecto a los 64.5 millones de habitantes del Reino, pero la tendencia creciente se ha desarrollado a un ritmo peligroso. En la década de los setenta una de cada treinta y cinco personas sufrían de obesidad en el Reino Unido, mientras hoy la proporción ha aumentado considerablemente. Esto representa una amenaza para la economía nacional, pues la falta de estas personas en el mercado laboral tiene un impacto negativo en el crecimiento económico. De la misma forma, representan una carga financiera para el sistema de salud, que perfectamente pudiese ser disminuida si se implementasen políticas acertadas al respecto. Hoy en día el Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés), gasta la asombrosa cifra de 6.500 millones de dólares cada año a causa del tratamiento de la obesidad. Tales cifras podrían poner al NHS en un estado de enormes e insostenibles tensiones. Por lo tanto, la obesidad es una enfermedad que afecta a todos, a unos directamente, a otros en sus cuentas.

La educación de las personas en estos temas, así como establecer salarios adecuados para garantizar una alimentación sana, son dos medidas que deben ser puestas en práctica de inmediato. Al respecto, la labor de los doctores es medular. Deben tratar a sus pacientes con total honestidad y, sin herirlos, hacerles notar el riesgo que entraña la obesidad.

La situación se torna aún más compleja al analizar el crecimiento de las estadísticas de la obesidad infantil, el cual se ha disparado en las últimas décadas. La labor preventiva debe iniciarse en edades tempranas y los padres deben hacerse responsables por la adecuada alimentación de sus hijos, así como por educarlos en la cultura de la práctica de ejercicios físicos sistemáticos. En los jóvenes tiene una especial influencia el sedentarismo provocado por los videojuegos y el uso excesivo del Internet, aspecto que, tanto la familia como los proveedores de juegos y servicios online, deben tener en cuenta a la hora de diseñar sus productos.

El ejemplo del Reino Unido no es más que una muestra de un fenómeno a nivel global que cada día toma más fuerza. Estar conscientes de su amenaza es el primer paso y asumir un estilo de vida saludable es la mejor arma. Pero para ello es necesario que se creen las condiciones materiales y no materiales en cada uno de los países afectados, que permitan enfrentar efectivamente la obesidad. Practicar más ejercicios y beber menos soda, sería un comienzo perfecto.