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sábado, 15 de julio de 2017

La República Centroafricana se encuentra asediada por los militares

Por DesdeCuba

La situación en la República Centroafricana empeora por minuto. Se están asesinando centenas de civiles, miles más están siendo desplazados. Las continuas disputas por territorio entre el gobierno y los 14 grupos armas reinante en la zona están resultando en paupérrimas condiciones de vida para los centroafricanos. Diversas organizaciones no gubernamentales lideradas por Human Rights Watch, están acusando los terribles crímenes que tienen lugar en este país. Debido a la situación radical del momento, la Corte Penal Internacional se ha visto obligada a establecer un tribunal especial para investigar los supuestos crímenes y violaciones cometidas desde el año 2003 hasta finales del 2015.

La República Centroafricana es en estos momentos uno de los países más volátiles y peligrosos del continente africano. Desgraciadamente, se encuentra inmerso en una compleja situación interna la cual está siendo mediada por los diversos grupos armados en la zona y para colmo, el terrorismo impulsado por el grupo Boko Haram en todo el continente. No es sorpresa que los principales afectados son los habitantes, civiles en su mayoría, los cuales están sucumbiendo ante las amenazas. Es así como cada año, en este país mueren centenas de civiles que solo cometieron el único error de vivir en el lugar equivocado, en el momento equivocado.

Tal es la frustración que causa esta situación, que diversas organizaciones no gubernamentales como es el caso específico de Human Rights Watch (HRW), reconocida a nivel internacional por su continua protección de los derechos humanos, acusando los horrores que se están apreciando en la hermana nación africana.

En su nuevo informe emitido titulado “Matando sin consecuencias”, HRW esboza muy claramente el estado actual de las cosas en la República Centroafricana. Tal es así que, de acuerdo a las estadísticas, desde finales del 2014 han muerto 560 civiles y 4,200 viviendas han sido destruidas en no menos de 120 ataques armados. También afirman que se han cometido crímenes de guerra, fuertemente condenados por los Estatutos de Roma de la Corte Penal Internacional (CPI), en al menos tres provincias del centro del país. En otras palabras, está teniendo lugar una guerra no declarada en este país con terribles consecuencias sociales, económicas y políticas.

Según Lewis Mudge, investigador para África de HRW, lo más preocupante es que los responsables de todas estas atrocidades son hombres libres que continúan deambulando las calles centroafricanas en búsqueda de sus próximas víctimas. Esto demuestra la falta de justicia que no hace más que poner de manifiesto el terror reinante en la población.

Se espera que en los próximos meses la Organización de Naciones Unidas demuestre que está tomando cartas en el asunto. Ya que se han cometido supuestos crímenes de guerra, la CPI está obligada a investigar, en tal sentido establecieron el Tribunal Penal Especial (SCC siglas en ingles) para investigar todas las supuestas violaciones de derechos humanos y crímenes de guerra en esta nación desde el año 2003.

A pesar de que este futuro tribunal comenzaría a investigar desde cero, ya el pasado 30 de mayo, la ONU público un extenso informe en el cual detallaba 620 casos de violaciones de derechos humanos entre 2003 y finales del 2015. La seriedad del asunto radica en que expertos suponen que estos crímenes puedan clasificar hasta crímenes de guerra, más específicamente, crímenes de lesa humanidad. Hasta ahora se cree que los principales responsables son las fuerzas de seguridad y de defensa del país, los exrebeldes Séléka, y la milicia anti-Balaka.

Lo más sorprendente de la escalada militar es que, el pasado 19 de junio, el Gobierno y 13 de los 14 grupos armados firmaron un acuerdo de paz que expresamente incluía un alto al fuego y le brindaba jurisdicción a la CPI y la SCC, pero justamente el día siguiente murieron 100 personas más.

La situación se le ha ido de las manos al gobierno centroafricano que no hace más que acudir a huecos acuerdos de paz y rezar por una futura intromisión de la ONU en los asuntos internos. Claramente se puede apreciar la incapacidad de este para solucionar sus propios problemas teniendo como coste la muerte de centenas de civiles. La situación está deplorable, lo que sirve para poner de manifiesto que, en aquella recóndita zona de África, obviada y hasta quizás desconocida para muchos, viven personas como nosotros y en estos momentos temen por sus vidas.