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viernes, 14 de julio de 2017

Los británicos abandonan Wimbledon

Por Aliet Arzola

Antes de empezar Wimbledon, el Grand Slam más añejo y prestigioso del planeta, los fanáticos británicos del tenis soñaban con la posibilidad de repetir la corona masculina del pasado año, apoyados en su flamante número uno, Andy Murray. A medida que fue avanzado en el torneo las esperanzas se multiplicaron, porque no solo Murray optaba por la corona, también en la rama femenina crecían las opciones de Johanna Konta. Sin embargo, ya en el tramo final de la lid que acoge el All England Club, ninguno de los aspirantes locales se encuentra con vida en el pasto verde de Londres.

Murray salió por la puerta de atrás el miércoles, vapuleado por el estadounidense Sam Querrey, quien rompió un maleficio de ocho años sin tenistas del gigante norteño en semifinales de Wimbledon. Para colmo de males de los fanáticos londinenses, este jueves se despidió la impetuosa Johanna Konta, la chica de 26 años nacida en Sydney pero que compite bajo la bandera británica. Ella no pudo soportar el vendaval de la experimentada Venus Williams y claudicó en dos sets (6-4 y 6-2), anonada por la precisión de su rival, que jugó al seguro, sin florituras, pero con una efectividad muy propia de su estirpe. La hermana mayor de Serena no estuvo nunca al borde de un break y ella quebró en tres ocasiones a la anfitriona, que dejó escapar el sueño de convertirse en la primera británica desde 1977 en una final de Wimbledon.

Konta aseguró que no había hecho muchas cosas mal sobre la pista, por lo que todo el crédito se lo debía otorgar a la contundencia de Venus, quien a sus 37 años es la tenista más longeva que avanza a la discusión del cetro en Londres desde Martina Navratilova, finalista en 1994 con 38 abriles. Hace dos décadas Williams comenzó su recorrido por Wimbledon, y en todo ese tiempo suma cinco coronas, pero no llegaba a la final desde el 2009, cuando perdió ante su hermana Serena. Su venidero examen el domingo será contra la española Garbiñe Muguruza, quien después de fracasar en la defensa de su corona en Roland Garros, se ha presentado con las pilas cargadas en el All England Club.

Nacida en Caracas, Muguruza estuvo en la final del 2015, que perdió también con Serena, y ahora buscará desquite contra la hermana. Su pase a la final lo ganó con pasmosa tranquilidad ante la eslovaca Magdalena Rybarikova, quien solo pudo arrancarle dos juegos en todo el partido. Su superioridad con los restos y la diferencias en los golpes ganadores marcaron los destinos del choque, en el cual la ibérica solo cometió 11 errores no forzados y no incurrió en dobles faltas con su servicio. Con solo 23 años, subirá al octavo puesto del ranking y una victoria la catapultaría al privilegiado cuarto escaño del orbe, premios que no se podían vaticinar con total certeza luego de su inestabilidad en París.

Sin embargo, Muguruza ha dado un vuelco total a su juego, se ha visto muy centrada, desplegando toda su potencia y bríos juveniles en un escenario de muchos focos, algo que habla muy claramente de su capacidad de recuperación. Todos estos detalles pueden incidir a su favor en la pelea por la corona, aunque para derrotar a Venus Williams necesitará competir con los cinco sentidos y un plus de coraje, porque su veterana rival se ha curtido en las batallas más duras desde hace tanto tiempo que, Garbiñe ni siquiera había nacido.