Enviar por email

tu nombre: email destino: mensaje:
Nombre de Usuario: Email: Contraseña: Confirmar Contraseña:
Entra con
Confirmando registro ...

Edita tu perfil:

Usuario:
País: Población: Provincia:
Género: Cumpleaños:
Email: Web:
Como te describes:
Contraseña: Nueva contraseña: Repite contraseña:

miércoles, 23 de agosto de 2017

Caza: lo que hacemos mal a la hora de tirar

Por Janet

Así que, por si esta vez llegamos a tiempo, aquí van estos errores en nuestros puestos, y una propuesta para abordarlos de forma constructiva y reconducir nuestra acción ante las tórtolas y torcaces. Estando ya en estos previos de la desveda, nada mejor que dar un repaso a cómo solemos estar en el puesto, cómo tiramos, cómo afrontamos los lances, en nuestras tiradas. Muchas veces renegamos de las pocas que pasan a tiro, y encima, vamos nosotros y actuamos como buenamente cuadra. Lo que pensamos nos condiciona en el puesto y nos puede llevar a tirar de forma metódica y adaptada a los lances, o hacerlo de forma irreflexiva y respondiendo a cada entrada como cuadra o sale, sin premeditar ni actuar de ninguna forma acertada, es decir, sin aplicar técnica y sí improvisación o hábitos alejados de la idoneidad. Hay que aprender muchas cosas, pero entre ellas, a ser conscientes de lo que supone cómo estamos y actuamos en el puesto.

Repasemos mentalmente qué y cómo lo hacemos, y probemos a intentar mejorar lo que creamos puede llevarnos a mejorar nuestros resultados. Por si sirven de estímulo y referencia, aquí van algunas reflexiones acerca de errores muy habituales.

En primer lugar se encuentra el puesto o burladero. En mis comienzos escuché a muchos cazadores veteranos que el puesto cuelga más caza que los disparos, y es cierto; pero muchas veces con esto entendemos que nos estamos refiriendo a dónde situar el puesto, cuando en realidad, a esa ubicación, hemos de unir un mimetizado exquisito en el entorno y una ocultación completa de nosotros. Completa, sí, completa. Hay cazadores que se “apañan” cuatro ramas de retama clavadas como pueden entre dos o tres pedruscos para “fabricarse” el puesto, según llegan al lugar donde quieren apostarse. Y no digo que así no sean capaces de colgar tórtolas y palomas, pero sí que con lo esquivas y escasas que están, o aprendemos a disciplinarnos y montar puestos en condiciones, o cada vez colgaremos muchas menos. Y no todo radica en llevar una pantalla portátil de tela, sino de llevar una pantalla que nos cubra completamente, y que impida que se nos vea de hombros para arriba, como si en lugar de en un puesto para tirar tórtolas y palomas, estuviésemos asomados a un burladero… El puesto, la pantalla, ha de taparnos por completo, debemos aprender a mirar por las ranuras o troneras para ver venir las piezas, y a esperar sin asomarnos, hasta que llegue el momento de encarar, seguir, y disparar. Esta acción, actuar así, no solo nos va a permitir aprovechar mucho mejor los lances, sino que nos va a aportar seguridad en nuestro modo de actuar, comprobando que de esta forma abatimos mejor, y con menos presión, que cuando estamos como buenamente podemos, a medio tapar, dejándonos ver.

Los pies clavado en el suelo. Fallamos muchos lances porque no nos movemos, es más, no sabemos que debemos movernos para mejorar nuestra posición a la hora de tomar la entrada de las tórtolas y palomas, y buscar una buena relación entre nuestra mecánica corporal y las necesidades de cada lance en cuanto a adelanto y velocidad de actuación. En este error hay mucha falta de entrenamiento, si acudiésemos algunas veces a tirar al plato con la colaboración de un profesor de tiro o un compañero experto y con buena técnica, comprobaríamos cómo mejoramos nuestros resultados con tan solo movernos lo necesario para adecuarnos a cada lance. Aprende que a veces se caza mucho colgando muy poco, lo que realmente importa es lo que sentimos.